Jennifer Lopez ha arrancado el Al Menos Hacedme Caso Vosotros Tour, que la llevará a visitar países que hace años no visita y la tendrá ocupada todo el verano. Parcialmente porque en España tiene más citas que Ana Torroja en un tour nacional. Después de pasar por Pontevedra (en sus carteles decía Vigo, ella geógrafa, diseñadora de cartas de navegación) y Cádiz, le quedan Fuengirola, Madrid, Barcelona, Bilbao y Tenerife. Ninguno de los shows está sold out, pero al menos no los ha cancelado haciéndose un Camila Cabello. Que yo, sinceramente, daba por hecho que alguna de las fechas se iría de viaje.


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Y como la gira empieza por España, Jennifer Lopez ha decidido incluir una sección en la que ella se pone flamenca, lambada, then polka the salsa: arrancando con Gracias A La Vida de Violeta Parra (¡Mi gente latino!), sigue con If You Had My Love, la versión original de Ain’t It Funny (que no ha cantado en 24 años), Qué Hiciste (que no ha cantado en 10 años) y un cover de Selena La Buena, Si Una Vez.

En Ain’t It Funny, ya que no había actuado en dos décadas y media con la canción, decidió echar la casa por la ventana. Ella era un número de Lola Flores en Fama, ¡A Bailar!; ella era Sylvia Pantoja haciendo On The Floor; ella era lo que una drag queen entendería por El Moreno de Isabel Pantoja. Jennifer Lopez cogió un mantón, lo torturó más que a sus cuerdas vocales grabando una balada, y lo paseó por el escenario en una coreografía que mezclaba un zapateado con movimientos funky.

El pobre mantón no sabía dónde meterse. Hay momentos en los que acaba pisado, momentos en los que se le enreda y no sabe qué hacer con tanto fleco, momentos en los que lo lleva como pareo. Esto porque no lo ha visto el Ministerio De Cultura o Falete, pero con cualquiera de las dos opciones ese mantón acabaría en un centro de acogida lejos de las manos de Jennifer Lopez. Atendido, con asistencia psicológica y alguien que haga el favor de peinarle los flecos.

Desde que vimos a influencers en la Feria de Abril haciendo del dresscode su particular feria de disfraces, nadie había maltratado tanto la estética andaluza.

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