Si algo nos gusta más que el propio pop, es el pop vengativo. El pop con su puntito de salseo, con su puntito de puñalada no trapera. No, puñalada bien dada de esa con lágrimas en los ojos que brillan como diamantes. El tipo de puñalada que imaginas dando a Bree Van De Kamp mientras sostiene en el otro brazo una cestita con magdalenas. No rellenas, porque eso sería francamente una ordinariez. Salvo que fueran rellenas con algo como “crema de higos” hecha por ella misma. La RoRo no insufrible.
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En ese ambiente de puñaleo, Edurne ha subido al escenario a Leire Martínez para cantar juntas. No para cantar uno de los dúos de Edurne, que tendría de dónde tirar. Tampoco lamentablemente para interpretar nada salido de Premiere, el único álbum que tiene garantizado que había sido comprado por el público que estaba viéndola esa noche. No, para cantar juntas Amores Dormidos.
Contexto: Amores Dormidos es un tema compuesto por Xabi San Martín para el primer álbum de Edurne. La canción, a largo plazo, se acabó convirtiendo en el principal hit de la madrileña y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y Fran Dieli por un Marco Aldany, La Oreja de Van Gogh metieron su versión —la maqueta original— en la reedición de Guapa. Un poco feo —no pun intended— porque chica, la maqueta de Ni Una Sola Palabra bien que no la incluisteis en ningún lado. Y menos aún tan pegado al lanzamiento original.
Total, que Edurne, imagino, no debía estar como unas castañuelas viendo que la banda incluía el tema en un disco y el suyo pasaba a parecer un cover. Años después, se reúne justo con la cantante a la que el grupo también ha tratado de, paradójicamente, un cover, para interpretar Amores Dormidos en el Orgullo de Madrid.
Tiembla Emily Thorne, porque la verdadera Revenge se da en el pop español. Y con el comeback de Amaia aún pendiente de anuncio —sí, esa rueda de prensa se acabará dando porque ese tour está previsto para 2026—, la cosa luce para largo. Hagamos palomitas.
