Chanel lleva tatuado Loka en el dedo corazón. Lo lleva en referencia a uno de sus singles más discutibles -de entre toda la colección de singles discutibles de Chanel– para, entiendo, recordarle que no tiene que decir “sí” a proyectos que no le gustan. Porque, según parece, es lo que hizo durante la era de su álbum debut.
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Un disco, Agua, que fue #1 pero cayó con tanta velocidad que de ser Agua estaba claramente sacada de las cataratas del Niágara. El segundo hit que Chanel consiguió tras SloMo, Clavaito, fue la única salvaguarda de aquel trabajo. No hubo más hits porque por mucho que le incluyeran los features de Ptazeta o FMK -que en aquel momento lo reventaba en streaming-, faltaban canciones con criterio. Y ella ya es consciente de eso, según podemos escucharle explicar durante su última entrevista para Los40:
“Te soy sincera, no tiene nada que ver conmigo. No tiene nada que ver conmigo en el pasado y no tiene nada que ver conmigo en ahora. (…) Son historias que suelen pasar, que pasan durante toda la historia de la música. Es una historia que se ha repetido. A mí me ha tocado vivirla. (…) Ahora mismo no es una cosa… no voy a decir “rechazar” porque es verdad que los fans lo abrazan mucho, pero no me siento para nada identificada. De hecho tengo un tatuaje que me lo recuerda… justamente en este dedo. Uno de los temas que no quería sacar por nada del mundo y mi equipo me aconsejó que lo hiciera. (…)
Pero ahora me pregunto sobre mi disco anterior y hay canciones que no las puedo ni escuchar. Hay temas que me dan… ay que cute…. y hay otros que es que no me siento yo, ni me sentí al momento y ahora con distancia… es que no.”
¿Ocurre esto a menudo en el mundo de la música? Pues es que ahí está el punto donde pincha todo este proyecto, que eso se de así, que se grabe un disco que no se quiere grabar es una cosa muy antigua. Que ese fue en parte el problema de Chanel, que todo daba la impresión de estar trabajado como un álbum de un triunfito en 2003. Ese proceso era habitual en la industria. Ahora se da, claro, pero de forma mucho más puntual.
Sin embargo, lo que me sorprende de todo esto es su nuevo single, Antillas. Escuchando este speech, que está manteniendo desde el inicio de la promo para desmarcarse de aquel disco de debut, cualquiera diría que su sonido es radicalmente opuesto. O que, al menos, existe una distancia entre ambos proyectos. Pero es que Antillas podría haberse incluido en Agua sin que a nadie le llamase especialmente la atención.
La producción del tema entiendo que busca un approach caribeño que tienda al pop, pero vuelve a dar vibras de Toke o de Ping Pong. Sigue resultando una canción tan a media cocción que si fuera un bizcocho y metiéramos el cuchillo dentro, saldría de ahí con aspecto de crème brulée. El postre, no el single de David Archuleta.
Me sorprendió en su día que el equipo que trabajaba en Agua diese el visto bueno a bodrios del calibre de Loka, que sonaban a un ya fallido debut de Ana Guerra y que no se entendía cuál era el posible appeal comercial que le veían, pero que Chanel esté comentando todo esto mientras promociona Antillas me llama la atención por igual.
Como pudo verse durante la promo en La Revuelta, en la que presentó el tema, ella y la coreografía vuelven a comerse la canción con patatas. La historia de su vida, por lo visto.