Este año he decidido echar un ojo con mayor detenimiento a las 36 canciones que se presentan a Eurovisión. De una en una, ire desgranando las candidaturas a la victoria en Basilea, Suiza. Eurovisión se celebrará el próximo mes de mayo, entre los días 13 y 17, celebrándose la final en este último, donde España peleará por su enésimo bottom con Esa Diva de Melody.


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El país en el que me detengo hoy es Ucrania.

La canción

Ucrania vuelve a apostar este año por el mismo productor que llevó al éxito dos de sus más recientes propuestas, la ganadora Stefania de 2022 y la #3 de 2024 Teresa & María. Este año, sin embargo, la apuesta sonora va por derroteros de menor intensidad, apostando por elementos del folclore ucraniano combinados con la psicodélica e incluso algún puntito de góspel.

La canción, de hecho, arranca con la participación del coro, aunque pasa rápidamente a una propuesta de voz masculina, en una canción que sí, para sorpresa de nadie tiene elementos un poco recordatorios de que el país sigue en guerra, pero es cierto que está más ambientada a la nostalgia por un deseo de volver a casa que por un imaginario bélico per se.

Bird Of Pray tiene partes es ucraniano y en inglés y, de hecho, tira del juego de palabras “bird of prey” -ave de presa- y la palabra “pray” -rezo-, porque Ucrania podrá ponerse un poco divertida en su apuesta, con este punto a medio camino entre Beck y Benson Boone, pero nunca va a retirarse de la carrera de la intensidad de quien estudia filosofía a través de la obra de Paulo Coelho

El vídeo / la actuación

La canción de ucrania está enmarcada en lo que un vecino con terracita en Malasaña denominaría “la decoración del jardín”. Uno poco de hierba artificial que el Flying Tiger te vende para colocar los bolis, un rollo de cesped a modo de alfombra y cuatro flores plasticosas del bazar de la esquina. Que oye, con esto Amaia montó un tour y nadie arqueó ninguna ceja.

Y a Ucrania le termina sirviendo también, porque enmarca perfectamente su zona de actuación -demostrando de nuevo que no son necesarios los paseillos kilométricos por el escenario-, separa varias zonas de actuación y termina enmarcando la performance con un puntito de naturaleza artificiosa que le juega muy a favor. Luce primaveral, positiva y fresca. Aunque con la mínima llama pudiera todo salir ardiendo de tanto petróleo como tiene todo aquello.

¿Qué opciones se le ven?

Diría que pocas, porque si bien en el marcador de las apuestas es la que cierra el top10 con un 2% de opciones, la realidad es que para ser Ucrania, es un puesto discreto. Es decir, considerando que en los últimos cuatro años lo más bajo que han quedado en televoto ha sido cuartos, es de suponer que la solidaridad con el país aún dará algunos frutos, por lo que se sobreentiende que los apostantes deducen que el jurado profesional no tendrá tanto entusiasmo por la canción.

Veremos si esta presentación cuca, nostálgica y toca-patatas de manera alternativa termina convenciendo al jurado y mantiene el apoyo del público al país desde que la guerra estallara.

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