Nia ha sido la representante española del festival de Viña Del Mar, que es algo como el SanRemo chileno, digamos. Pero con gente que también abuchea si haces un circo. O sea es como Misión Eurovisión, pero con presupuesto y gente recién salida de un casting de Noche De Fiesta. El chic de andar por casa.
Nia representaba a nuestro país con Caminito De Lamento, el que fuera uno de sus primeros lanzamientos, porque a Viña Del Mar va uno con lo que le sale de santísimo higo. Vamos que el año que viene podría representarnos Amaya Uranga cantando Amor De Hombre. Nunca se sabe. Lo importante es que, tras pasar a la final con la canción -porque sí, esta movida tiene semifinales- Nia se hizo con la Gaviota de Plata a Mejor Intérprete. Porque si de algo sabe Nia, es de poner el pubis en bandeja y entregárselo cual delicatessen al público que tenga delante. De modo que, con un dance-crew alrededor, y una señora haciendo acrobacias en un aro colgado del techo para no perder la esencia José Luis Moreno, la cantante convenció a los votantes del Festival.
No pudo hacerse con la mejor canción, porque esa Gaviota se la llevó el mexicano Kakalo -el nombre es totalmente real, no es que me lo haya inventado, que os veo venir- con Trágame Tierra. Un sentimiento que, de nuevo, también nos lleva de vuelta a nuestro propio Benidorm.
De este modo, la artista española que ha logrado dos Gaviotas De Plata hasta la fecha en Viña Del Mar sigue siendo la también concursante de Operación Triunfo Gísela. No la confundáis con Gisela, intérprete de Vida o Turu Turu, poque como veréis en el vídeo de su actuación en Chile en 2003, su nombre lleva acento. Como Terelú, pero en la i. Gísela se presentó allí con un tema de Chema Purón, autor también del nada hortera Vuelve Conmigo de Anabel Conde -posible hermana de Mario-, y se hizo con un doble triunfo que le abrió las puertas de América hasta el punto de que terminaría actuando en la gala de Los Óbscar intepretando la canción que le daría también la estatuilla, ‘Suéltalo‘.