Ayer saltaba la noticia de que Carrie Underwood iba a actuar en la ceremonia de inauguración de Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos al terminar los cuatro años de gobierno del demócrata Joe Biden. En 2017, la anterior ver en la que Trump tomó el poder, el nivel de los nombres que actuaron frente a él fue bastante escaso, liderando el acto la presencia de 3 Doors Down y Toby Keith y parece que de cara a este año el equipo presidente ha querido cambiar un poco las cosas y conseguir mayores nombres… pero han tenido que conformarse con The Village People y Carrie Underwood.

Ya, todos imaginabais que Carrie Underwood era republicana porque es cantante de country y es rubia. Y es bien cierto que ha tenido unos últimos años de cierto cucuísmo anti-vacunas y mensajes crípticos en redes que apuntaban a que su visión política podría estar yéndose más a derroteros de mayor derecha. Pero también es cierto que Carrie ha sido, históricamente, alguien que no ha tenido una caspa country al uso: ha salido en defensa del colectivo LGTBIQ+, se ha posicionado en favor del feminismo, ha apoyado a artistas negros en el género, ha hablado del control de armas… que sí, que parece que todo esto sea algo que simplemente haría una persona decente más allá de su ideología, pero tampoco es algo tan habitual en el country. Menos aún es un speech de alguien que imaginaría actuando para Donald Trump. Con lo cual, entenderéis que mi decepción es mayor. Porque si imaginaba que Carrie era republicana, la imaginaba republicaba de la vieja escuela, no alguien que aceptaría la invitación de semejante energúmeno.

Y la ha aceptado -porque efectivamente, cantará ‘America The Beautiful’ (que visto su estado actual, imagino que es una canción que habla de America Ferrera)- con un comunicado en tono Paz Padilla con el que justifica su presencia allí:

“Amo nuestro país y me siento honrada de que se me haya pedido cantar en la inauguración y ser una pequeña parte de este evento histórico. Asumo con humildad este llamamiento en un momento en el que todos deberíamos unirnos en un espíritu de unidad y de miras al futuro.”

En mi cabeza, pasan varios aviones bélicos por encima de su melena rubia dejando una estela con los colores de la bandera estadounidense. Todo en pro de la unidad, el amor -sí, en cursiva- y demás patochada. Carrie, amore… ¿pero qué unidad representa exactamente este enjendro enajenado? Dejo ahí la pregunta.

Claro, hay quien se cuestiona si esta decisión va a traerle consecuencias a Carrie Underwood. La respuesta es sí, pero consecuencias positivas: no estando en un momento de especial efervescencia comercial en su carrera -hace 10 años que no es top40 con un single en el país y hace tres discos que no logra una certificación-, se arriesga a perder el favor del porcentaje de público progresista que tenga, pero a cambio, un montón de público yanki de derecha la vuelve a colocar en su mapa. Un mapa del que probablemente, como gran parte del público, la habían borrado. Enhorabuena por esa gira que firmarás durante el mandato de Trump, Carrie.

Para compensar semejante derroche de estupidez, os dejo con el vídeo de ‘Cardinal‘ de Kacey Musgraves.

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