Rosas‘ lleva una temporada siendo el tema más consumido de La Oreja De Van Gogh, habiéndo vivido un especial impulso el día en el que Amaia Montero se subía al Bernabéu de Karol G a interpretarla, volviendo a enfrentarse al público por primera vez en casi un lustro. “Hoy va a ser el día menos pensado”, dice la canción. Para el grupo, el día menos pensado fue el 14 de octubre de 2024, cuando anuncian la salida de Leire Martínez del grupo, a través de un escueto y gélido comunicado en redes sociales.

Los diez días desde el comunicado

Pasado el shock de los primeros minutos de la publicación del post, se refuerza la idea de que ese 14 de octubre sería, efectivamente, el día menos pensado para Álvaro, Haritz, Pablo y Xabi. El grupo, en activo desde 1998, sufre su primer backlash y su primera gran crisis mediática, muy por encima de la que vivirían con la salida de Amaia.

Al fin y al cabo, aquel 2007 vio a Amaia partir en busca de una carrera en solitario, dejando al grupo con la necesidad de buscar una nueva vocalista que la sustituyera. Este 2024 ve al grupo dejando ir a su cantante, que, de primeras, no tiene en mente una carrera en solitario a corto plazo.

El público se posiciona en favor de Leire, pero también de Amaia: los días posteriores al comunicado suponen un varapalo para la imagen de los cuatro miembros de la banda, acusados por el público de fríos con su compañera, de tratarla como a una empleada, de resultar conflictivos tanto en el pasado como en el presente y de no mover un dedo para echarles un cable.

Ninguno de los cuatro protagonistas se imagina que la gente va a responder de forma tan negativa a la salida de Leire. No se hacen una idea de que, en su decisión de buscar un reencuentro con Amaia, va a salirles el tiro por la culata.

Amaia y Leire en el foco público

Cada día que pasa, la crisis de imagen de Xabi, Álvaro, Haritz y Pablo se agudiza. Diez días después del más frío de los mensajes en redes, han tenido tiempo sobrado para reaccionar de nuevo con un texto que explique mejor la situación y aclare los dimes y diretes. Creo haber sido el primero en decir que ya había un acuerdo para un concierto con Amaia de cara a 2025, una información que Sony ni confirma ni desmiente y a la que da respuesta dirigiendo a los periodistas al comunicado de La Oreja. Pero el comunicado no dice nada.

Mientras tanto, Leire Martínez se ha reincoporado a su trabajo habitual en la televisión vasca y ha sido preguntada varias veces por la situación, dando siempre una elegante respuesta negativa a comentar más allá de lo estríctamente necesario sobre el tema. Leire ha dicho que necesita tiempo, pero ha seguido teniendo a la prensa detrás por si acaso hubiera querido aclarar más.

La víctima mayor de la situación, a mis ojos, es Amaia Montero: la cantante viene de unos años de inestabilidad emocional y de salud, y ha sido colocada en el centro del huracán, con la prensa, como antaño y como es lógico, interesada por lo que tenga que decir. Amaia no es tan hábil con los medios como Leire, motivo por el que históricamente ha metido más la pata pero también ha hecho que más público empatice con ella. También ha hablado, pidiendo que se la deje fuera de toda la problemática.

¿Y ellos?

Ahora bien: ¿dónde están ellos? Comentaba alguien hace unos días en redes que le sorprendía que estuvieran dando paseos por San Sebastián sin que un sólo periodista se acercara a preguntarles por la movida. Sorprende ya no sólo por que son igualmente protagonistas de la historia y aparentes provocadores de la misma, sino porque el revuelo mediático ha sido tal que… ¿de verdad no tienen ni una breve respuesta que ofrecer?

El comportamiento de los cuatro miembros es, además de cobarde, tremendamente poco empático con sus compañeras. Y considerando el conflicto que tienen abierto con Leire, me centro en lo poco empáticos que están siendo con una Amaia a la que llevan meses acercándose y con la que habían recuperado amistad.

En manos de sus posibles explicaciones en redes, en sus aclaraciones o desmentidos quedaba el foco que estaba sobre Montero. Hubiera sido facilísimo de zanjar, dejando a su compañera fuera de esta batalla por completo, permitiéndole seguir su camino con más o menos normalidad.

¿Les beneficia el silencio a estas alturas?

Está claro que los miembros de La Oreja De Van Gogh van a apostar por guardar silencio hasta que el tema temple, apostando por la básica de que las polémicas hoy día se van tan rápido como llegar. Pero olvidan otra básica de los tiempos de internet: el fuego de una de ellas se reaviva tan rápido como se apagó meses atrás.

A estas alturas y salvo que el grupo tenga previsto anunciar su separación en breve, el silencio no hace más que perjudicarles. Luce distante, despreocupado, poco empático y muy poco valiente. Reaviva los fantasmas de sus pasadas rencillas con Montero. Los posiciona, en el fondo, como verdugos. Y cada día que pasa va a ser más complicado darle la vuelta a esa tortilla.

La Oreja ha confiado todo al silencio, el suyo, el que esperaban de su compañera Amaia y el de su management, sello y promotora habitual. Pero hay una pieza incontrolable en ese tablero: Leire Martínez. Y ni tan siquiera necesitan que haga algo o diga algo para que desmorone toda su partida. El mero fantasma de su existencia, si sigue tratado como tal, va a perseguirles bastante más de lo que imaginaban.

Como tampoco imaginaban que lo haría estos días. Y ahí está, escudada por todo el público al que pensaron que su marcha le daría igual. El mismo que, cada día que pasa, hace una cruz mayor a los cuatro protagonistas reales de esta polémica: Haritz Garde, Pablo Benegas, Xabi San Martín y Álvaro Fuentes.

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