Que la nostalgia se ha convertido en un producto en sí mismo es ya un hecho. En los últimos años hemos echado las cosas de menos tan rápido, que para 2026 es posible que empecemos a echar en falta las del futuro. Hablamos de cosas de hace seis meses como si ya necesitáramos recordarlas, de listas de hace un par de años como si la industria se hubiera revolucionado en ese tiempo, de lo que hicimos ayer como si tuviera más peso que todo lo que pudiéramos hacer hoy.
Y en ese punto de aprovechar la nostalgia, aparecen productos como el lanzamiento del décimo aniversario de ‘In The Lonely Hour’, el álbum debut de Sam Smith. El primer álbum de Sam Smith era una cucada. Tenía temas preciosos. Ahora bien, trascendente, lo que es trascendente.. pues tampoco fue. No lo confundamos con su éxito comercial, más que evidente y el mayor hit de la carrera de Smith. Pero el contenido del disco en sí mismo no sostiene sentimiento nostálgica alguno.
Sam Smith ha publicado el álbum una década después de su debut recreando su carátula con su imagen actual y sumándole un dueto con Alicia Keys. El lanzamiento en sí ha sido algo chapucero, porque el formato físico sólo contiene las canciones de la época original, sumándole algunos singles que no llegaron al tracklist final pero que sí vieron la luz. En algunos formatos físicos sí está lo de Alicia, en otros no. Ni hablar ya de la versión junto a Aitana de de ‘Like I Can’, que no aparece en ninguno. El dúo nos ha servido para unos minutos de WTF en redes después del anuncio, volver a comprobar, videollamada mediante, que Aitana no ha visto a Smith más que vía wifi, y volver a traer a la mente a Lucie Silvas y Antonio Orozco.
Las regrabaciones de los clásicos no tienen ni chicha ni limoná: el dúo con Alicia Keys tiene un pase porque ella aporta el piano de la revisión y ‘I’m Not The Only One’ podría haber sido parte de su catálogo. Pero su intervención es anecdótica, no retuerce el tema, no le da nuevos aires… se limita a cantar y tocar sobre lo que ya funcionaba. Lo de Aitana es aún peor porque ni le queda tan bien, ni el spanglish funciona lo más mínimo, ni acabamos de entenderle el sentido comercial para impulsar el disco en el mercado hispano: recordemos que no se incluye en él, ni siquiera en su versión digital.
El problema es que esto se reedita porque si lo pensamos en frío… ¿qué otro disco de Smith admitiría una reedición? Sam ha conseguido un buen puñado de éxitos en su carrera, momentos memorables de forma puntual y convertirse en una celebrity reconocible de la industria. En un rostro confiable. Pero su discografía, hasta la fecha… nunca ha conseguido mantener la misma altura que su propio status. Y aquí estamos, diez años después, teniendo que volver a tirar del contenido del primer disco.