Durante años, el problema de Ana Mena ha sido el de ser una voz detrás de un puñado de hits. Una artista que estaba entregando catálogo, pero que de algún modo escapaba al radar del público generalista, que o bien no le ponía cara (recordemos que en su visita a ‘OT 2020’ había quién no sabía exactamente quién era), o bien la reconocía pero no la ataba a los hits que estaba entregando. Era un caso curioso de la era streaming, la del posicionamiento de las canciones por encima del posicionamiento de los artistas. Era la cara de un reto de la industria de esta década: la de conseguir que los artistas asomen la cabeza por encima del tsunami de playlists.
Anoche Ana Mena actuaba en el Wizink Center de Madrid, una noche en la que el ‘Bellodrama Tour’ que la ha llevado por decenas de fechas por todo el país tocaba techo con un concierto de pago en una arena grande, delante de su mayor público. No estaba ‘sold out’ como se anunciaba, porque Ana pretendía llenar originalmente solo la pista del recinto. Acabó llenando la pista y el primer anillo de gradas, dejando el segundo pendiente para, quizás, un futuro aún más grande. Pero estaba allí, en la noche que celebraba todo el camino realizado, con miles de personas esperando por verla.
Y si algo quedó claro anoche en el Wizink Center, es que ese trabajo del que hablábamos al principio está hecho: Ana se presentó como protagonista absoluta de su show. El público esperaba a Ana, gritaba por Ana, una A gigante la recibía en el escenario mientras ella entregaba su pose estudiada de Beyoncé y la mirada felina a cámara. Anoche, Ana Mena quedaba por delante de sus hits. Protagonista de ellos.
El público del Wizink se dividía entre los fans más entregados de la zona front row y el público mainstream animado por los smashes de la parte trasera, que también congregaba a bastantes niñas y familiares acompañantes. Si bien los gritos y el corear los temas se concentraba más en el frontal, la parte trasera de la arena lo daba todo con bachatas, reguetones y pop bailable. A medio camino entre la verbena y el show de diva pop. Exactamente lo que entrega ‘Bellodrama’, con ese punto de decadencia brilli-brilli marbellí envuelta en imaginario sonoro mediterraneo.
Especialmente celebradas ‘Quiero Decirte’ -junto al presente y aplaudido Abraham Mateo-, ‘Se Iluminaba’, ‘Música Ligera’ y por supuesto ‘Las 12’, que no cerraba el show de forma algo extraña y el final, con Ana emocionada recibiendo un ramo de flores por parte de su madre, quedaba en manos de un reprise instrumental del tema.
Ana se marcó dos covers de ‘Obsesión’ y ‘Puedes Contar Conmigo’ de La Oreja De Van Gogh, que fue el momento -junto a ‘Las 12’, en el que mayor histeria se desató entre los presentes.
Prácticamente todo el nuevo álbum, pero poco de ‘Index’ -salvando un par de hits- en un show en el que Ana hubiera agradecido un blast from the past. Una mayor segmentación del show, en momento que se diferenciaran entre el pasado, presente y su futura propuesta con la también aclamada ‘Madrid City’ (que se publicará en un par de semanas, previsiblemente el 15 o 29 de septiembre, evitando a Aitana), para que se saboreara mejor el aesthetic glitter que lo envolvía todo.
Porque con el paso del show, la propuesta iba haciéndose un poco más lineal tanto en el aspecto visual como de presentación. Ana Mena se cambió de vestuario para los bises, pero el concierto contenía unos tres interludios que le hubieran permitido dividir mejor el concierto, tanto en el aspecto textil como en el visual.
‘Bellodrama Tour’ es un show tan construido buscando la coherencia, que al final se ha cruzado un poco la linea de lo esperable y todo resulta construido con los mismos elementos. Vistos tres temas, visto todo.
Dicho todo esto, hay que reconocerle tanto a Ana como al resto de su equipo el esfuerzo innegable del show en el Wizink Center. Todo bien preparado, diseñado con gusto y al servicio de una Ana Mena encantada de verse, por fin, en esa situación. Como el proyecto pedía desde hace tiempo.
La exaltación debida de la diva doliente: no sólo fijar la cara de Ana Mena delante del público generalista. Celebrarla, aplaudirla, llenarla de glitter después de tanto sudor y camino con su cal y su arena.