Días antes del estreno del vídeo de ‘Bongos‘, Cardi B avisaba de que la carátula del single, en la que ella y Megan Thee Stallion salían basicamente promocionando implantes, no sería la temática oficial del clip. Obviamente estaba troleando a Twitter, porque de qué otra cosa iba a ir un tema llamado ‘Bongos‘.
Con Cardi B la historia no es el tono de vulgaridad al que llegue -hola, es Cardi B, es como pedir a Belén Esteban que tenga un perfil digno del ‘Baile De La Rosa’, pierde su gracia-, la historia es que no resulte repetitiva. Y ‘Bongos’ como disfrutar de un disco rayado que salta siempre en el mismo punto. Todo es literalmente ‘WAP‘. El mismo vídeo, la misma estrategia de sample en bucle, el mismo tipo de rap sobre el mismo tipo de temática: “que calor, que calor que tengo, que guapa soy y que tipo tengo”. Pues bueno.
Contaba también la rapera que para esta colaboración, el sello le había pedido que una artista latina hiciera las veces de Megan Thee Stallion. A la canción no le hubiera venido mal, porque hubiera servido de contrapunto, ofreciendo al menos algo que, con todo lo previsible, nos sacara de la fórmula idéntica del dueto anterior.
Por supuesto, Megan se merienda a Cardi, porque es infinitamente superior como rapera. Pero eso ya ocurría en ‘WAP‘. Lo que pasa es que todo aquello nos pilló más por sorpresa y nos maravillo por lo barroco, soez e ‘in-your-face’ que era todo. ‘Bongos’ es más un “sí, sí, ya te vimos“.
Y claro, llega un poco a la desesperada, cuando Cardi tiene que poner en marcha de nuevo la maquinaria de un segundo disco que se antoja imaginario: lo dejó colgado tras estar de racha con ‘WAP‘ y ‘Up‘ y ahora mismo lo que viene ofertando es simplemente poco ambicioso.
Igual es que Cardi llegó a llenar un hueco y no supo después qué hacer con su espacio.
3.5
Será tu rollo si: tu fragancia favorita de ‘Eau Du Désespoir’, siempre pides segundas temporadas de series con finales cerrados, sigues creyendo que Jennifer Lopez merecía un Oscar por ‘Hustlers’.