Ya podemos ver la actuación completa de Blanca Paloma en Eurovisión. Nosotros, porque ella no, que no tiene televisión. A ella se la ha recreado en versión popart un reputado ilustrador catalán que le ha recreado, plano a plano, la performance, para que también pudiera disfrutarla aunque fuera por escrito y en papel.
Blanca Paloma ha cumplido con lo prometido: ha trasladado a Liverpool la actuación que ya conocimos en el Benidorm Fest. Y ha hecho bien, porque ya en aquellas galas la performance estaba para empaquetar y enviar. En la actuación mostrada durante la segunda semifinal, España lleva los deberes hechos y las pilas cargadas para otro año de triunfo eurovisivo, pase después lo que pase en las votaciones.
Eso sí, quizá por las expectativas que teníamos, quizá por una comparación mental con el día que nos emocionó por primera vez, el ‘EaEa‘ de Liverpool nos ha dejado más fríos. El motivo principal es el cambio de algunos planos respecto de la original que, creemos, enfatizaban más la emoción de Blanca Paloma. En Eurovisión se ha antepuesto un pelín el show y la cosa se nos enfría un poco.
Tampoco nos encanta el momento en el que le canta a la luz en su mano. No por la idea, brillante. Pero la ejecución no nos resulta que lo sea tanto. El plano es rápido, hay mucho humo, ella está poco iluminada una vez se apaga la luz… se nos ha hecho bola respecto a lo que imaginamos con las preciosas fotografías del instante.
Eso sí, lo demás está de diez: Blanca Paloma arrasa en términos vocales, es una de las poquísimas veces que a España se la ve competitiva y con ganas. Jugando al juego de Eurovisión. Sirviendo España al tiempo que se piensa en cada factor: vestuario, acompañamiento, juego de cámaras, visuales y luz. No queremos que quede una mala impresión de la performance: la gente la verá el sábado por primera vez y crucemos los dedos para que se emocionen tanto como nosotros el primer día.