Madonna se paseó por los Grammy hace unos días para presentar la actuación de Sam Smith y Kim Petras con ‘Unholy‘. Su presencia estaba anunciada, pero como cada aparición de la artista en un evento así, todos los focos se pusieron sobre su persona.

Y también como en cada aparición suya desde aproximadamente 2008, los titulares se obcecaron en lo irreconocible que estaba, en lo rara que tenía la cara y en lo polioperado de la actual Madonna. Y ella acabó un poco hasta el último de los segundos de sus ‘4 Minutes‘ de que la gente sudara de su mensaje en el escenario y se centraran en la altura de sus pómulos. Así lo ha hecho saber en redes sociales, donde ha colgado un speech en el que lleva más razón que un santo, las cosas como son:

“Fue para mí un honor presentar a Kim Petras y Sam Smith en los Grammys. Quería entregar el último premio, que era el de Álbum del Año, pero pensé que era más importante que presentara a la primera mujer trans que actuaba en una gala – ¡un momento histórico!- ¡Y encima ganó un Grammy!

En vez de poner el foco en lo que dije en mi speech, que trataba sobre el valor de artistas como Sam y Kim, muchos eligieron hablar de unas fotografías sacadas súper de cerca de mi cara, con una cámara de lente larga por un fotográfo, que distorsionarían la cara de cualquiera.

Una vez más, me encuentro en medio del edadismo y la misoginia que invaden el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar a las mujeres de más de 45 y sienten la necesidad de castigarlas si se siguen sintiendo con ganas, trabajadoras y aventureras.

Jamás me he disculpado por mis elecciones creativas, ni por la manera en la que visto o luzco y no pienso empezar ahora. He sido humillada por la prensa desde el comienzo de mi carrera, pero entiendo que todo esto es una prueba y estoy contenta de llevarla a cabo para que las mujeres que vengan después de mi lo tengan más fácil en los años venideros. En palabras de Beyoncé: “no romperéis mi alma”.

Espero muchos más años de comportamiento subersivo, de romper barreras, imponerme al patriarcado y sobre todo, disfrutar de mi vida.”

Lo que ocurre con Madonna no es ya sólo que se haya operado la cara hasta parecer una persona diferente, que eso cada cual que haga lo que le de la gana realmente. Es que si uno observa su feed de Instagram, también es normal que de pronto se sorprenda al verla en directo. Porque no es que no se parezca a la Madonna de 2004, let alone a la de 1983. Es que no se parece a la Madonna que Madonna comparte en 2023. Entonces también es comprensible que la gente acabe chocada con su aparición.

Eso sí, evidentemente el cotilleo no debería hacer sombra a un mensaje bastante más importante que el ácido que se ponga en la axila. Y durante esa noche, lo esencial era ver a Madonna presentar a dos artistas del colectivo LGTBIQ+.

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