Ha vuelto el Melodifestivalen y lo ha hecho… con un nivel bastante bajo, las cosas como son. En la primera gala nos ha costado definir una posible candidatura de Suecia que nos los termine dejando en las semifinales del Festival de Eurovisión, pero como siempre, vamos con el análisis de cada una de las actuaciones de la noche:
Resultados
Pase a la final
> ‘Where You Are’ (Sávežan), Jon Henrik Fjällgren, Arc North feat. Adam Woods
El primer pase a la final directo del Melodi ha recaído en una confusísima propuesta étnico-EDM que no funcionaba demasiado bien ni a nivel folclórico ni a nivel pop: lo primero, porque Jon Henrik, que se encargaba de los cantos tribales -o lo que fueren- estaba como puesto por el ayuntamiento y se movía como Luis Fonsi en mitad de los artistas jóvenes a los que invita a sus temas, y lo segundo porque la producción parecía salida de los peores momentos de Avicii. Pero se ve que a los suecos les fascinó todo el batiburrillo.
> ‘Rhythm Of My Soul’, Tone Sekelius
Tone Sekelius ha vuelto al Melodi este año con una propuesta más SECSI que la de el año pasado, pero realmente también más descafeinada. Seguramente por lo previsible de la misma: mucho amor propio, mucho ritmo cercano a lo latino, en un uptempo que tiene bastante poco de coreografía, pero bastante de burlesque. Se queda pobre, la verdad. Nos sorprende que esta fuera la segunda apuesta más votada de la noche, cuando cualquier otro año podría haber sido de mitad de la tabla.
Pase a la semi final
> ‘Diamonds’, Victor Crone
El muchacho ya pasó por Eurovisión hace tres años, como representante de Estonia, pero se ve que se quedó con las ganas de llevar otro de sus temas country-pop (más lo segundo que lo primero) y se ha presentado este año por Suecia. La propuesta de Victor es una canción simpática con una propuesta simpática -y geométrica- sobre el escenario. ¿Es algo súper rompedor? No especialmente. ¿Es, como canción, mejor que las dos finalistas? Pues la verdad es que si. Es simplemente poco ambicioso. El Gonzalo Hermida del televidente sueco medio.
> ‘Raggen Går’, Elov & Benny
Ver esta actuación es como beber una bebida energética en una taza de Mr. Wonderful. Sonrisas que parecen forzadas con la boca cosida a los lados, un arranque silbado tremendamente irritante, y un puñado de gente haciendo un numerito de carreras de los años 50 sin que nadie sepa exactamente hasta qué punto va en serio y hasta qué punto va todo en broma. La canción tiene un punto simpático por momentos -esencialmente en el estribillo-, pero la verdad: somos más de llevar el chiste al extremo si a lo que vamos es a hacer de Paz Padilla.
No clasificadas
> ‘Haunted’, Rejhan
Hubo cierta delicadeza en la propuesta de Rejhan que podría haberle garantizado un pase a la final, pero las cosas como son, ‘Haunted‘ acababa siendo una balada de catálogo con una puesta en escena más que discutible por todo lo previsible. Es que hasta las luces intermitentes en rojo se veían venir para el bridge. Claro, el público está ya curado de espanto con este tipo de propuestas y no nos extraña que se decantaran por el buen rollo antes que por ponerse intensos. Le faltó un poco de epicidad al asunto.
> ‘Inga Sorger’, Loulou Lamotte
En una semifinal en la que nada fue para tirar cohetes, sinceramente la propuesta de Loulou nos pareció bastante aceptable. Un número pop sin pretensiones, presentado de la forma más eurovisiva posible con sus tules al viento y sus juegos de luces, pero sin volverse tampoco loca con el staging.
Loulou llegó pelín apurada a los estribillos y puede que fuera esa falta de eficacia la que se llevara por delante sus posibilidades. Vale, el tema tampoco era el colmo de riesgo y la ambición, pero… es que la colección de temas de la primera semi se las trae.
> ‘Länge Leve Livet’, Eva Rydberg & Ewa Roos
Nuestra gran esperanza de la gala es que la patochada de Eva y Ewa compensara todo lo vivido con anterioridad. Lamentablemente no fue el caso y la pareja se quedó fuera de la competición tras la primera performance: y es que su tema de este año no tenía la gracia absurda del del año anterior y aunque las dos derrocharan simpática absurdez sobre el escenario, quedó todo más absurdo que simpático en el fondo.