Este viernes llegará a tiendas y todas las plataformas el cuarto álbum de estudio de Sam Smith, ‘Gloria‘, precedido por el mastodóntico éxito de su lead single, ‘Unholy‘, pero ojo, también por el discretísimo resultado del siguiente, ‘Gimme‘, que queda fuera del top100 del Spotify de todos los mercados relevantes.
Las cosas así, parece que la promo del disco va a basarse en vender que el trabajo tiene un perfil modernito por un lado pero también uno más clásico por otro. Y es lo que Sam Smith nos ha dejado ver a su paso por ‘Saturday Night Live’ para presentar el trabajo. Por un lady ‘Unholy‘ y por otro ‘Gloria‘.
Una ‘Gloria‘ extendida, porque la canción -que también está ya en plataformas- dura menos de dos minutos y sirve de avanzadilla a la canción que cierra el trabajo, ‘Who We Love’, junto a Ed Sheeran. Y atención, porque Sheeran siempre es un comodín a sacar si las cosas se tuercen en el Reino Unido.
Pero volvamos a ‘Gloria‘: Smith la ha presentado con su buen coro góspel, con todos vestidos como si fueran a actuar frente a Dios en ‘La Llamada’ y estuvieran a minutos de quedarse en braga y sostén, y con Sharon Stone escuchando la historia desde un diván delante, mientras sobreactuaba de la manera más confusa del mundo frente a las cámaras. Imaginamos que el concepto escrito de todo esto tenía absoluto sentido.
Después llegaría ‘Unholy‘, con una presentación igualmente llamativa pero bastante menos confusa: Sam Smith cantaba su parte con un enorme abrigo bajo el que se escondía Kim Petras con toda la sección luminaria del Ikea. Mucho glamour, mucho sombrero con cuernos de demonio que a lo mejor fue un tanto excesivo porque la estética de ese show ya tenía lo suyo de extra y mucho aferrarse al hit a días de publicar el disco completo.