Gwen Stefani la ha liado un poco al sentarse a hablar con Allure. Especialmente porque al ir a ser preguntada por toda su gama de productos de merchandise, maquillaje, etc -altamente inspirada en la cultura nipona y en Harajuku-, ha decidido responder lo siguiente:
“Esa era mi influencia japonesa y era una cultura tan rica en tradición y a la vez tan futurista, con tanta atención hacia el arte y tanto detalle y disciplina que me era fascinante. (…) Cuando fui a Harajuku dije “Dios mío, soy japonesa y no lo sabía”. Lo soy, ¿sabes? Soy súper fan.
Si la gente va a criticarme por ser fan de algo bello y por compartirlo, entonces no creo que eso esté bien. Creo que era una época preciosa para la creatividad, un momento de ping-pong entre la cultura Harajuku y la americana. Debería estar bien poder inspirarse en otras culturas porque de lo contrario, ¿no estamos dividiendo a la gente?”
Claro, existe un interesante debate sobre la diferencia entre la apropiación cultural y la apreciación cultural, pero sea como fuere, esa respuesta queda lejos de ser la forma correcta de abordarlo. Especialmente teniendo en cuenta que Gwen Stefani estaba sentada delante de una periodista asiática, que era quién le realizaba las preguntas para Allure.
Evidentemente, visto el speech, Jesa Marie Calaor -la periodista en cuestión y senior editor de Allure– ha querido también explicar su punto de vista en el artículo sobre el encuentro:
“Igual que Stefani, yo tampoco soy japonesa. Pero soy una mujer asiática viviendo en América, en un momento en el que la comunidad ha vivido un alto grado de odio. Soy una mujer que ha sido agredida con insultos racistas por la calle por su apariencia, que temió por la integridad de su padre cuando viajaba en el metro de Nueva York y que explotó de rabia cuando sus abuelos fueron atacados y asesinados por ser asiáticos. Envidio a cualquiera que puede ser parte de esta comunidad tan creativa, vibrante… y al tiempo evitar toda la narrativa que conlleva y que puede resultar dolorosa y aterradora.”
Cuenta Calaor que después de la entrevista, la publicación recibió una llamada del equipo de Stefani asegurando que la periodista “debió malinterpretar” las palabras de la cantante, y que incluso ella llegó a plantarse si pudo ser así, pero después asegura que Gwen Stefani llegó a decir varias veces que era japonesa. Y que se planteó que pudo equivocarse con la primera, pero era imposible que repitiera ese speech media docena de veces y todas fueran por error.
Allure ha contactado con Stefani directamente para que la artista pudiera dar su versión de los hechos, pero la cantante se ha negado a responder. No es la primera vez que la artista se ve involucrada en un cristo de este estilo: en 2012, estando aún con No Doubt, retiraron el vídeo de ‘Looking Hot’ donde ella aparecía con un vestuario inspirado en la cultura de los indios nativos. El grupo pediría disculpas poco después por lo poco atinado del asunto, lo que aún choca más considerando la actual actitud de Stefani a este respecto.