Si todavía estáis con resaca de la noche de anoche, que dirían Bad Bunny y Rosalía, keep the fuck up. Llegáis tarde al día de hoy, enrocados como estáis en algo que, en palabras de Hilary Duff, es ‘So Yesterday’. Halloween está francamente demodé. Halloween son unos pantalones pirata. Halloween son unos cinturones de tachuelas. Halloween es tan dosmiles que ahora mismo podríais hablar de ello por pura nostalgia. ¿Michael Jackson? No nos extraña que esté muerto si lo que le quedaba a promocionar era ‘Thriller‘ y ya pasó.
Hoy la noticia es que ya es Navidad. Y probablemente, como todos los años, os ha pillado en bragas, sin sacar los turrones, sin poner una bandeja de mazapanes a mano de la abuela y sin, por descontado, hacer el favor de sacar el árbol. Ese árbol ya debería estar alumbrando al vecindario desde las 8 am de esta misma mañana, y sin embargo, un estudio independiente de la UNED afirma que el 97,3% de ellos siguen almacenados en trasteros. “Es que se pone en el puente de la Constitución”, dirá algún listillo ahora.
¿Qué ha hecho la Constitución por la Navidad? ¿Ha garantizado acaso sus derechos y libertades? ¿Hay algún artículo que explique en ella a qué hora debe sonar diariamente el remix de ‘Joy To The World’? ¿Se especifica el nivel de ordinariez que es pinchar ‘All I Want For Christmas Is You’ sin intro? No, ¿verdad? Entonces, os pedimos por favor que no dejéis toda esta historia en manos de la Constitución, sino en manos de Mariah.
Y Mariah ha asegurado que hoy ha arrancado la Navidad. Lo ha hecho con su tradicional vídeo en redes sociales confirmando que “ya es la hora” – o como diría Rosa Benito “es mi momento”-. Este 2022, Mariah ha pasado de bruja que está haciendo bicicleta estática, porque la energía eléctrica está carísima y por qué no autoproducirla cada uno en su casa, a su perfil habitual de mono rojo -la prenda, no el compañero de Marco si el simio fuera comunista- y pelucón al viento.
Montada en un reno de carton piedra, Mariah nos da la razón en todo el párrafo inicial. Haced el favor de ir corriendo al trastero antes de que sea demasiado tarde.