Madame Sof está de vuelta. ¿No sabéis de quién estamos hablando? Os hacemos un croquis:
- Se trata de la artista anteriormente conocida como Sofía Ellar.
- Sofía Ellar era una cantante que hacía música para chiringuitos de playa de zonas bien de La Costa Daurada y tiendas de zapatos caras que querían dar la impresión de ser como para gente de a pie.
- Después le dio un brote y se hizo llamar Mademoiselle Madame. Lanzó tres temas como los de siempre pero como ese sobrenombre y se plantó en una gala de Los40 fingiendo no conocer a nadie y ser desagradable. Un momento icónico de nuestra industria.
- Ahora vuelve haciéndose llamar Sof. Para nosotros siempre será Madame Sof. Un poco de francófono respeto.
Y Madame Sof ha vuelto liberada después de pasar por la angustia de Mademoiselle, una trama que recordemos se sacó ella de la manga a causa de nada y petición de nadie, pero que realmente la dejó con ganas de romper con sus cadenas y pelucas y volver al ahora.
Y el ahora es ‘Y 23’, la canción de siempre de Madame Sof: esa que avisa a todos los cayetanos que ya pueden pasar por la alpargatería a pagar 120 euros por un par de alpargatas confeccionadas a mano sin hacer el mamarracho. Porque ya es temporada y es una prenda que nunca pasa de moda. Como los ritmos soft-estivales de Madame Sof.
Ya con las alpargatas, le dan ganas a uno de sentarse en una terracita y pedir unas olivas con un tinto de verano. No lo hacemos porque valiente ordinariez sería eso mientras suena ‘Y 23’. El comeback de Madame Sof exige, como mínimo, que nos plantemos en los Elíseos con un buen pain au chocolat y un Bitter Kas. Y así sí, mirando al sol y con nuestras alpargatas, poder disfrutar de la única canción del mercado español que podría salir bien parada de citar las Pipas Tijuana.
Sof never felt so good, que dirían Jacko y aquel novio que tuvo Britney Spears.