Si algo sabemos de Chanel después de haberla visto en directo en el Benidorm Fest, es que, desde luego, si tiene un problema no es monetary. Puede tener problemas con los vecinos, problemas para encontrar talla de botín, problemas para encontrar una plancha de pelo que le deje la onda como ella quiere, pero monetarys no. Hacienda la tiene en palmitas. Otro de los problemas que Chanel no tiene tampoco, visto ahora el Festival Da Cançao es el de presentar el tema en un directo más que solvente.
Porque la representante española de Eurovisión y musa del BNG ha acudido a la preselección lusa -la nacionalidad, no el single de Karol G y Nicki Minaj- a mostrar todo su poderío y lo ha hecho sin tanto coro pregrabado como llevaba en Benidorm. Y efectivamente, la cosa queda bien. ¿Estaba Chanel más ahogada? Pues evidentemente, pero se han elegido muy bien las sílabas en las que respira con coros, no es que quede ella como Jack Dawson en el 02:56:00 de ‘Titanic’.
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Y se ha elegido un mono un tanto menos drag. Más fino, más elegante, quizás falto de algo de punch, pero no es momento de gastar todas las balas durante la promoción: de hecho, la performance repite, plano a plano, lo que vimos en Benidorm. Tampoco hace falta arreglar lo que no está roto.
En este momento, con Chanel 12ª en las casas de apuestas, España vive su mejor momento pre-eurovisivo en años. La cuestión será descubrir si la eficacia que Chanel ha mostrado en Portugal -y la que previamente mostró en España- son suficientes para sacar al país del bottom que viene perpetuando desde 2014. Que se dice pronto.
Por ahora, polémicas a un lado, está claro que tenemos la propuesta más cerrada en años y probablemente la más eficaz. Sólo queda ver en qué queda en mayo ese puntito extra de ambición festivalera de cara a su presentación definitiva.