La pobre Alesha Dixon, con la de momentos memorables que nos ha dado en la industria musical. Primero como parte de Mis-Teeq, que además de media docena de hits, dejaron en nuestras vidas ‘Scandalous’, un tema sin el que una reputada colonia jamás hubiera vendido tanto con sus anuncios en televisión. Y la gente nunca hubiera bailado un tema con sirenas de fondo, salvo que fuera de Camela. Y después en solitario oiga: que la muchacha empezó regulera -aunque dejando el bop ‘Lipstick’-, pero luego de pronto se convirtió en el habitual one-album-wonder de los ingleses con hits como ‘The Boy Does Nothing’, ‘Breathe Slow’ o ‘Let’s Get Excited’. La categoría era: cheerleader vedette.
Total, que después de que el siguiente álbum fuera regulinchi, la mujer se metió al mundo de la televisión, donde desde entonces desempeña papeles de jurado en programa de prime-time, confimándose como la Edurne británica. Que íbamos a decir la Paz Padilla, pero no, porque ella sigue trabajando de jurado. Y porque canta. Poco, pero canta.
Y en una de esas, Alesha Dixon ha vuelto con ‘War’, que se publicó el pasado fin de semana y que… prácticamente la tiene a ella como oyente única. Lo más seguro es que Dixon tenga un iPod enchufado a la corriente, reproduciendo la canción en el hall de su pasillo. Sin volumen, claro, porque es su casa, no Guantánamo.
‘War’ tampoco es que sea una peste, pero su extremo deséxito está justificado: es una canción absolutamente genérica, nada ambiciosa y bastante reminiscente del sonido pop británico de hace unos años. Alesha Dixon tiene todas las de poder triunfar: sabe bailar, tiene estilazo, canta decentemente, rapea… pero si se limita a ejercer de Lara Álvarez en el último single de Yotuel, ‘War’ es lo que sale del proceso.
Un proceso que ya sólo le interesa a ella. Y tampoco parece que demasiado.
