Lola Indigo está de vuelta y está vestida de persona de ‘Mis Adorables Vecinos’ en su nuevo vídeo, ‘Calle’. Es uno de esos vídeos que romantizan uno de los grandes crímenes de la sociedad en general y de la española en particular durante la década de los dosmiles. La moda. Toda ella. De pies a cabeza. Y ahí que sale María Dolores De New Yorker con los gorritos, los pantalones anchos, el rosa, el canipijismo, la plataformas, las coletas y el look de Lolita con el que los niños que ahora pasan de la veintena te miraban por encima del hombro con cara de “señora, respétese”.
Pero nada importaba en los dosmiles, porque así era España y así queda representada en ‘Calle’, donde María Dolores abraza, además, al pasado y al presente. Como el fantasma de ‘Cuento de Navidad’, pero con las mechas mejor dadas. Porque si bien mira al pasado con los looks, la generación actual tiene en ‘Calle’ momentos para TikTok infinitos.
♫ podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro a-list de spotify ♫
El principal, claro está, el que está directamente preparado para ello y resulta fantasía en el vídeo: ese en el que Dolores aparece rodeada de bailarines, haciendo movimiento espasmódicos de cámara de fotos, de Emma en las Spice, y de Lucía Pérez fingiendo ser un avión en su actuación eurovisiva. Eso está a huevo para el TikTok, pero no es lo único.
Porque ‘Calle’ está repleta de hooks viralizables en la plataforma. Hasta el momento del final, en el que vuelve a susurrar su nombre no sea que a medio tema se nos haya olvidado de quién era. No sea que los features de Whatshiname y Whoeverthatdbe lleven a equívoco y no parezca un tema de María Dolores. Lo es. Susurra “Lola Indigo” al final. Con otro guiño TikTokero en el movimiento.
Y ojo, porque hay escena post créditos, porque toda esta batalla de bailes en la ciudad, como la de clásicos del estilo de ‘Beat It’ de Michael Jackson, ‘Lose My Breath’ de Destiny’s Child o ‘Dirás Que Estoy Loco’ de Miguel Ángel Muñoz, culmina con una llamada de teléfono que anticipa el siguiente single. ¿Quién está en la otra línea?