En ‘Estrella Fugaz’, tenemos la intención de echar la vista atrás, como nos gusta, para analizar aquellos lanzamientos de estrellas que según empezábamos a disfrutar, de pronto, se fueron. No nos dio tiempo ni de asimilar sus nombres. Las nuevas generaciones no las conocen. Pero durante unos minutos, o unos segundos al menos, sus nombres estuvieron en nuestras bocas por un par de singles o un álbum al completo.
Prepara tu telescopio, y si las ves regresar, pide rápido un deseo: nunca sabes como cuánto va a aguantar su estela. Nuestra invitada de esta semana es Keri Hilson.
Vamos a arrancar este post con la fabulosa noticia de que en la familia de Keri Hilson, todos tienen nombres que arrancan con la K, al estilo Kardashian. Están ella, su hermano Kip y sus hermanas Kelsee, Kye y Kaycee. American Coto, Kiko y Makoke. La cuestión es que Keri siempre supo que quería ser una estrella, por lo que su madre decidió ponerle una profesora de piano. Después, Hilson le pidió dar clases vocales, que lo del piano estaba bien, pero tampoco quería ella ser Bach. Ella quería ser una solista de escándalo, una popstar de categoría, una Nicole Scherzinger.
De modo que pasaron a darle clases de canto y por un breve tiempo, a los 14 años, formó parte de la girlband D’Signe (madre mía el nombre, Lidi), aunque aquello, como en la mayoría de casos de las girlbands americanas, no prosperó. Pero Keri consiguió ir haciendo contactos y pronto comenzaría a trabajar como corista de artistas como Usher, Toni Braxton, Ciara o Kelly Rowland. ¿Ser la corista de Kelly Rowland no es un tanto rizar el rizo? ¿Tiene Michelle Williams coristas, ahora que lo pensamos?
Y aparece en escena Polow Da Don. Y juntos empiezan a escribir dem hits. Keri Hilson es co-autora de clásicos como ‘Gimme More’ y ‘Break The Ice’ de Britney Spears, ‘Wait A Minute’ de The Pussycat Dolls o ‘Patron Tequila’ de las Paradiso Girls, que menudo circo de tres pistas era aquello. De hecho, las maquetas de Britney Spears están cantadas por ella. Las maquetas y, las cosas como son, la mayor parte de los temas finales también.
En 2006 Timbaland la ficha en Mosley, su discográfica, y Keri Hilson se prepara para lanzarse en solitario.
Y llega su época dorada, precisamente en compañía del productor, que elige ‘The Way I Are’ como uno de los singles de ‘Shock Value’, su disco de colaboraciones. El tema se convierte en un hit global, llegando al #1 en Australia o Reino Unido y siendo Triple Platino en Estados Unidos, donde fue #3.
Keri Hilson grabó entonces su primer álbum, que debutaría con 98k en el #4 de Estados Unidos. El disco no fue un enorme éxito en el país, pero si consiguió certificarse Oro y darle algún hit extra para la colección: ‘Turnin’ Me On’ llegaba al #15, ‘Energy’ llegaba al Platino y ‘Knock You Down’ se convertiría en su canción estrella. Hasta hoy, de hecho, porque Hilson nunca superó aquel #3 en Billboard y el Doble Platino del trío con Ne-Yo y Kanye West.
Entre 2008 y 2009, Hilson se puso las botas en la industria, colaborando con Nas, Sean Paul, R. Kelly (well), Fabolous… se había convertido en la chica de moda de la escena R&B y hip-hop. La Ana Mena del urbano americano. Pero las alegrías no iban a durarle demasiado, porque a Keri Hilson se le veía un perfil bastante trying-too-hard a pesar de todo.
Y llegó el segundo disco, un año después del primero. Y la estrella se fue apagando. Y ojo, porque todo podría tener relación con Beyoncé: la cantante parecía hacerle un feo en la letra del remix de ‘Turnin’ Me On’ y otro más cuando se negó a hacerse una fotografía sosteniendo una revista que tenía al matrimonio Knowles en portada. El fandom de la artista la atacó de tal forma que Hilson acabó pasando por una depresión. Y unos años después, aseguró que la letra del tema aludía a la cantante, pero que no la escribió ella y era muy joven como para enfrentarse a la situación.
El segundo álbum de Hilson, ‘No Boys Allowed’, entraba al #11 en Billboard vendiendo 102k en su primer semana. Sí, había fallado el top10 porque se lanzó en plena Navidad, pero había vendido más que su debut, lo que era buena señal. Sin embargo, mientras su primer disco conseguía multiplicar por 5 las ventas de su estreno a largo plazo, el segundo apenas lo hizo por dos, y se quedó en unas triste 200k totales en el país.
Una sensación de fracaso a la que no ayudaron los singles: sólo ‘Pretty Girl Rock’ entraría en el Hot100 a un correcto #24, mientras los demás singles, junto a Chris Brown y Nelly, se quedaban con las ganas. Sería, ojo, el último disco que jamás lanzaría Keri Hilson.
Porque sí, once años después, aún no hay rastro de un tercer álbum en el que dijo estar trabajando en 2011. En 2016 llegó incluso a ponerle título, ‘L.I.A.R.’, y en 2019 fecha, asegurando que vería la luz en verano de aquel año. Dos años más han pasado desde entonces y de ese tercer álbum no hay ni rastro.
Ni del álbum, ni de música de Keri Hilson en general, a pesar de que teóricamente estaban involucrados en el proyecto Danja, Timbaland y Chris Brown. Desde 2011 sólo hemos escuchado a Keri Hilson en una ocasión: cuando en 2017 la invitaba Tiwah Hillz a participar en ‘Beautiful’, una canción que no tuvo repercusión alguna.
¿Y de qué vive entonces Keri Hilson? Es una buena pregunta, porque no tiene songwriting credits recientes más allá de una colaboración puntual con el reality de Netflix ‘Westside’ (2018), y su paseo por las pantallas se ha limitado a alguna TV Movie y un estreno, el de ‘Don’t Waste Your Pretty’, que tiene pendiente.