Soraya está pasando una semana de tremendos contrastes. Empecemos por el final, porque hay mucho que contar. La semana de la diva de clásicos como ‘El Huracán’ lo ha pasado fatal viendo los destrozos causados por la borrasca Filomena. La nieve ha caído en su finca rompiendo varias ramas de los árboles por el peso y cuando Soraya lo ha visto, ha roto a llorar.
Ella en plan ‘La Bikina’, tiene una pena que la hace llorar: las ramas de los árboles que no ha podido salvar, a pesar de haber puesto todo de su parte. Sólo ha podido salir al rescate de dos de ellos, pero el sufrimiento del resto ha sido demasiado para la artífice de ‘Mil Lágrimas’ y ha roto en llanto en sus stories de Instagram. No queremos ni imaginar lo que pasará cuando sea consciente de los centenares de caracoles sepultados bajo la nieve. La imaginamos como a Lynette en el capítulo del tifón de ‘Mujeres Desesperadas’, tratando de salvarlos a todos del amasijo de ramas, nieve y barro en el que han quedado atrapados, mientras ellos, tiritando bajo la nieve, le gritan “come on and take me! come on and save me!”.
No ha sido un gran fin de semana para la cantante.
Eso sí, las cosas arrancaban bastante mejor los días anteriores, con una gran sonrisa iluminando su cara mientras hacía un directo en Instagram probándose pelucas. Soraya se colocaba trescientas pelucas morenas idénticas de media melenita y raya en medio, una docena de pelucas rubias imposibles que catalogaba según si eran para “eventos” o para “shoots” y alguna otra de colores indescriptibles que ella dice cuestan unos 350-400 euros, pero juraríamos haber visto en el almacén de origen asiático del final de nuestra calle.
De paso, se ha hecho un EMEIE recordándole a la gente que nunca se ha operado más allá del pecho y la nariz y que han sido las pelucas y no los fillers los que le han dado la impresión de estrenar cara en determinadas ocasiones. Sin duda, una reina camaleónica.
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