Gwen Stefani ha vuelto. Tras unos días de campaña en redes sociales con una imagen que la presentaba como su anterior yo y el del presente, mano a mano, la cantante ha confirmado su comeback con ‘Let Me Reintroduce Myself’. Aunque es ella misma quien habla de que esto “no es un comeback” en el propio tema, sino más bien una demostración de que ella “no es sólo unos discos en tu estantería” y que ha llegado para quedarse.
Pues bien, salvo que esto sea un buzz de cara a su nueva era y Stefani se esté guardando un as bajo la manga, su forma de re-presentarse en público no ha podido ser más vaga. Con un tema de reggae pop manidísimo y una letra que la define, trágicamente, como una has been que lucha por dejar de serlo y volver a conquistar a los oyentes. Objetivo fallido, al menos con esto.
Y nuestras expectativas con un posible comeback en condiciones de Stefani ya son más bien nulas. Porque hemos pasado por este proceso suficientes veces como para asumir que lo de ‘Love. Angel. Music. Baby’ fue, simple y llanamente, que sonó la flauta. Que Gwen tenía los hits adecuados para el momento adecuado, pero no tenía mucha idea de cuál era la fórmula para mantener su status. Se vio cuando su segundo álbum, ‘The Sweet Escape’, fue un compendio de descartes del primer disco, que la cantante asumió como tal públicamente.
No funcionó ni la mitad de bien, claro, porque Stefani había perdido la chispa. No volvería en solitario hasta una década después, en 2016, cuando publicó ‘This Is What The Truth Feels Like’ con todo a favor: Stefani había recuperado su popularidad mediática gracias a ‘The Voice’ y habían pasado los suficientes años como para hacer de su regreso todo un evento. No lo fue, y el disco, casi en su totalidad de un melódico vaguísimo, volvió a demostrar que la flauta de su debut estaba ya llena de saliva.
Ha pasado casi un lustro de aquello y Gwen Stefani quiere convencernos de que se presenta con algo nuevo, pero sigue siendo la misma. ¿Pero cuál misma? ¿La de los últimos 15 años, que no sabe muy bien dónde está ubicada? ¿La de hace 15 años que no supo qué hacer después del primer disco? No pedimos números uno en Billboard, Stefani, pedimos un poco de ubicación. Y algo más contundente que un reggae-pop del que pasamos página hace ya años. Sobre todo con semejante dosis de autobombo vacío.