Meghan Trainor no ha podido mantener las manos quietas (Alexa, reproduce ‘Hands To Myself’, de Selena Gomez. “Lo siento, no he encontrado ‘Hansel Van Shëlf’ de Celine Anne Gomés, pero aquí va una selección de clásicos de Simon & Garfunkel”) y ha terminado cometiendo uno de los mayores delitos del segundo semestre del año: osar insultar gravemente a Mariah Carey.
Y cuando decimos insultar gravemente, es gravemente. El nivel sería similar a que Meghan Trainor hubiera escupido sobre la tumba de ‘Memoirs Of An Impefect Angel’ y mientras bailara sobre ella una jota aragonesa a ritmo de ‘It’s A Wrap’. El nivel sería similar a que, al ser preguntada, Meghan Trainor hubiera respondido que prefería ‘Rainbow’ a ‘Emotions’. Podría haber sido incluso detenida por hacerlo, pero la policía ha optado por mantener un perfil más discreto.
¿Y cómo ha insultado Meghan a Mariah? Pues bien, osando adelantar la Navidad mediante el anuncio de lanzamiento de ‘A Very Trainor Christmas’, su álbum de villancicos, cuando Carey no ha avisado aún del comienzo del periodo navideño. ¿Va a ponerse alguien a comprar turrón en el Aldi si Mariah no ha anunciado que ya es Navidad? ¿Piensa alguién mentar el espumillón sin que Mariah aparezca con las lentejuelas rojas sobre el 2 de noviembre? Pregunto. Pues algo que aparentemente es tan sencillo de entender, Meghan Trainor se lo ha pasado por el forro de sus doo-wops y lanzará el disco el 30 de noviembre.
Por supuesto, y aunque Mariah Carey no ha anunciado su decisión en firme, es probable que la inventora de la Navidad inicie acciones legales contra Trainor y la demande por apropiación cultural, ofensa grave a su identidad e incluso por un delito de explotación laboral. Porque su decisión ha generado una enorme confusión en el país de los elfos, que se han puesto ya ha trabajar en su jornada habitual y los regalos se apilan ya en casa de Santa mucho antes de lo que debieran. Que ha tenido que apartar la alfombrilla de yoga para hacerles hueco.
Luego vendréis con que el hombre está gordo y no sé qué.