¿Recordáis quién es Jordin Sparks? Obviamente no. No pasa nada, porque parecer ser algo que también le ocurre a ella, si atendemos al sonido de su más reciente lanzamiento, ‘Red Sangría’. Sí, es un lanzamiento de Jordin Sparks, no de Natti Natasha. O de Thalia. La de ‘Arrasando’, no la del kebab.
Pero volvamos a lo de recordar quién es la muchacha:
- Jordin Sparks es cantante.
- Ganó ‘American Idol’ en 2007, en su sexta temporada.
- Ese mismo año, publica su primer álbum -y único de éxito- y el smash ‘No Air’, junto a Chris Brown.
- En 2009 recibe, por ese tema (?) su primera y única nominación al Grammy.
- A partir de 2009… bolas de paja rodando por el desierto.
Y eso que la muchacha siguió lanzando álbumes y en 2019 publicó un EP junto al compositor Elijah Blake, de un sonido R&B elegante que no inventaba la rueda, pero hacía que rodara bastante bien. Un año después, aquí la tenemos con una canción llamada ‘Red Sangria’. Muy a R&B elegante no pinta, ¿verdad?
Correcto. No lo es. Jordin vuelve a intentarlo este año con una pieza pop, bailable, que busca tener cierto aire latino porque está de moda, pero no quiere sonar a ello, porque qué demonios pinta esta señora yendo de latina. De modo que tiende a la estrategia habitual: hablar de algo típico (a falta de ‘fihesta’ o ‘sihesta’ buena es la sangría) y por descontado, dice “señorita” pronunciado “siniuría”.
Qué limitado es el español para los norteamericanos, de verdad. No podían usar la palabra ‘cortapelo’, o ‘ascensión’, o ‘batiburrillo’. No, tienen que ir a por la sangría y la señorita. Qué escasa innovación.
En el vídeo oficial, podemos ver a Jordin posando con un vestido bien ceñido muy 2008, en un escenario con neones muy 2008, haciendo una coreografía muy 2008… y no nos hagáis hablar de momento chroma rojo en el que superpone su cara sobre su cara.