¿Recordáis 2013? Fue el año en el que Beyoncé despertó, se lavó la cara, se lavó los dientes, y al ir a buscar la ropa de andar por casa, se miró al espejo y dijo “uy, ¿esto qué es? ¡Jay!, mírame a ver que tengo algo raro, que no se quita”. Y probó a mirarse una y otra vez, se echó sus cremas de siempre, y nada, ahí seguía. Pensó que le había dado mucho el sol aquella tarde, que se habían sentado a leer en el jardín y lo mismo no se había puesto bien la Babaria. Pero al de unas horas, asumió lo inevitable: Beyoncé era negra. No es que fuera una inglesa de Essex con tres tonos de maquillaje por debajo. No es que hubiera caído en una marmita de betún claro cuando era pequeña. No era un filtro de Instagram. Realmente era negra.
Visto lo cual, tuvo que adaptarse a la nueva situación, y en sus siguientes álbumes, ‘Beyoncé’ y ‘Lemonade’ -especialmente en este último- decidió asumir su tono de piel y sus raíces. O las del resto de la gente negra, vaya, pero asumiendo su nuevo rol. No el de cuando era blanca e imagen de L’Oreal. Eso queda fatal en el curriculum para los BET. Que también es cierto que nominaron a Sam Smith, que lo único que debe tener negro es el vello púbico -el referente a los genitales, no al famoso diario que pasó a ser digital-.
Y en 2020, Beyoncé ha decidido celebrar el Juneteenth con un nuevo tema. Es día conmemora la abolición de la esclavitud negra en Texas en 1865. Beyoncé ha dejado el siguiente mensaje en redes sociales:
“¡Feliz fin de semana de Juneteenth! Espero que continuemos compartiendo nuestra alegría y celebrándonos unos a otros, incluso en mitad de este difícil momento. Por favor, continuad recordando nuestra belleza, fuerza y poder. ‘Black Parade’ os celebra, celebra vuestras voces y alegría, y sus ingresos irán destinado al pequeño comercio regentado por gente negra.”
Y así, compartió un tema que sigue la estela de sus últimos álbumes, álbumes compartidos, bandas sonoras oficiales, bandas sonoras co-oficiales, EPs, mixtapes, y sea lo que fuere que se le pasa por la cabeza.