Esta es la historia de un muchacho llamado Guillermo Bárcenas, que aseguraba estar vetado en la televisión pública. El pobre muchacho, que tenía una banda que nombre Taburete, era invitado a la televisión y radio públicas para entrevistas, para dar master clases, para presentar sus discos y canciones, para colaborar con artistas eurovivos… pero no le dejaban cocinas. Televisión Española, liderada por la malvada Bruja Fresca del Comunismo Toñi Prieto, se negaba a permitirle cocinar, embrujándolo con un hechizo que le dejaba año tras año fuera del casting de Masterchef.
Harto del pobre de la bruja, Willy el supercocinero decidió rebelarse en sus redes sociales; reunión a su corte, preparó un estofado, y aprovechó para contarles que los lacayos de la malvada bruja habían decidido contratarle, pero que el hechizo que Prieto le había lanzado le impedía cocinar.
Los lacayos de la bruja pronto desmintieron a Willy, contándole a todo el populacho que realmente nunca le tuvieron en cuenta para trabajar en sus cocinas, y que la malvada bruja nunca supo de su existencia más allá de las 150 veces que lo había invitado a la televisión pública con anterioridad.
Willy, sintiéndose humillado por el simple populacho y los lacayos, trató de vengarse haciendo público un mensaje proveniente de los lacayos de la Bruja Fresca:
Pero una de las apredices amigas de la Bruja Fresca Comunista, la hechicera en prácticas Macarena Rey, también tenía mucho que contarle al pueblo llano:
“Es absurdo lo que está pasando. Él nunca fue elegido. En un casting llamamos a mucha gente y luego decidimos a quién proponemos a TVE. Y eso lo hago yo. Nunca fue presentado como concursante, nunca. Él ha interpretado que porque vino a hacer el casting ya tenía la plaza. Eso es por desconocimiento del sector.
Cada casting tiene que ser sorprendente por lo que cambiamos las mecánicas en cada temporada para que no sea monótono, y ya hubo una serie de perfiles parecidos al suyo. Seguramente nos habría interesado en otra ocasión, pero en este año, no. Es una pena que se haya montado este lío innecesario. Él siempre ha dicho que no quiere que se hable de su apellido ni que se le relacione con nadie, pero cuando le conviene utiliza el apellido.“
Y así, con las últimas palabras de su comunicado, se alzó al viento una nube de polvos mágicos y polen que provocaron la alergia de medio pueblo, enriqueció a las farmacéuticas e inmediatamente rebanó el cuello del cocinillas Willy Bárcenas, cuyo apellido nunca volvería a nombrarse salvo cuando fuera porque le han rechazado en algún proceso de casting.
Y cayetín, cayetano, este cuento sobre gente que sólo ha vivido con privilegios desde que salió del útero, ha acabado.