Érase que se eran, en un campamento de verano del que escaparon en plena guerra civil, un Pastel y una Pianola. Ambos caminaban por los campos tras perder la brújula que Sor Domínica les había dado días atrás, y terminaron robando un coche llegado del futuro, a diferencia del resto del vídeo, rodado en los años 30. No nos hagáis saltarnos los anacronismos en esta historia, y haced el favor de seguir la trama central, que es lo que importa.
Pastel y Pianola habían decidido huir, dejar atrás el pasado, y el pasado incluía a sus respectivas parejas, con las que habían tenido una relación que acabó resultando un suplicio y de la que buscaban pasar página. Las parejas en cuestión, del bando nacionalista -de la Guerra Civil, no Junqueras y Puigdemont, que volvéis a perder el hilo-, ellos, republicanos. Sobre todo ella, que hace unos meses intentó dar ‘Jaque Al Rey’ no una, sino en dos ocasiones. Y allí, en mitad del campo, le cantaron al desamor.
Llegó la noche y el Pastel y la Pianola se refugiaron en la más absoluta de las nadas, pero llevaban encima unas cerillas con las que encender una hoguera. Como para no llevarlas, teniendo en cuenta que Pastel aparece en el vídeo con una adicción al tabaco que ríete tú de Sara Montiel. En fin, la hoguera los calentó, juntos prepararon unas nubes de gominola tostadas, y siguieron abrazados pensando en la vida que dejaban atrás.
Ya no serían la Pianola que cantaba al Rey y a los Monstruos en diferentes vodevils de los pueblos, ni el Pastel que pregunto ‘Voulez-Vous Danser?’ y le respodieron “Beyoncé” con cara de intentar hacer ver que eran de Mostoles y andaban justos de francés. No, ‘Que Te Vaya Bien’ marcaba una nueva era para ambos: la era del nuevo Pastel y La Nueva Pianola. El Piastel. La Pastola. Suena todo fatal. Eliminad esto.
Por cierto, si os habéis quedado con las ganas de saber si volvían al campamento de montas de verano, pues no, porque se les quedó el coche sin gasolina, se les acabaron las cerillas, y tuvieron que llamar a Funambulista para que fuera a recogerlos en Uber y sacarles de la fantasía de mediados de siglo que nos hemos montado.