Kesha vuelve a salir de gira. Que diréis, pues bueno, normal, considerando que su nuevo álbum, ‘The High Road’, se publica a finales de mes. Claro que sale de gira. Chico, pues sí, es más o menos obvio, pero teniendo en cuenta lo fatal que está funcionando esta nueva era, toda sorpresa era también factible. Es decir, la era ‘Rainbow’ se abría con los más de 300 millones que ‘Praying’ acumula en Spotify. Esta, erm… con los 13 de ‘Raising Hell’. Y el resto de adelantos por debajo de los 5. De hecho, el tema más popular de Kesha en la plataforma es ‘Tik Tok’. Madre mía, Lidi.
En fin, cifras e impacto a un lado, que ya tiene bastante Kesha con lo que tiene, la nueva gira se caracterizará porque la artista podría ser interrumpida de forma continua. Sí, amigos, el ‘High Road Tour’ va a ser como salir de gira con Jimmy Jump. Como ir a recoger un VMA con Kanye West como +1. Como un cursillo de 90 minutos de ser Surie en Eurovisión. ¿Y todo esto por qué? Pues porque Kesha se lleva como telonera a Big Freedia, la drag queen que rapea en ‘Raising Hell’, y que hace de sus directos un… erm, ‘Raising Hell’.
Y es que la tía no calla, ella sale a rapear, pero termina su rap y no sabe que hacer. La posee el espíritu de Lil Jon. Tiene que dar réplica a cada frase. De modo que no os extrañe que en la inexistente nota aguda de ‘Praying’ ella se ponga a hacer “yo, yo, praying, sing it, c’mon” y deje a Kesha pensando “menos mal, salvada por la campana”, justo cuando debía afinar al máximo. O que de pronto en ‘Die Young’ ella empiece a gritar “yeah, c’mon, die everybody, you know how to die, yas!“. Y acaben todos como la carrera de Jamelia. Al menos el concierto tendría sus titulares.
En fin, esperemos que alguien tenga la bondad de darle un set de 40 minutos a Big Freedia antes de que salga Kesha, y después, mantenerla encerrada en el camerino hasta que el concierto acabe. Con cadenas dobles en la cerradura.