Harry Styles ha vuelto y está más aceitoso que el vídeo de ‘I’m A Slave 4U’ de Britney. Está más aceitoso que un capítulo de ‘Taller Mecánico’. Más aceitoso que el cuero cabelludo de Mónica Hoyos. Ahí está él, metido entre un montón de gente, tratando de sobrevivir a los empujones y a un posible y probablemente trágico resbalón, por ir todos repletos de pringui pringui. Probablemente a la mitad de la grabación del vídeo de ‘Lights Up’, Harry Styles pensó que tenían que haber contratado un espacio de trabajo más grande, que ahí no cabían todos bien y que él llevaba horas avisando de que iban a terminar estando como en una lata de sardinas. Al aceite de oliva -el fruto, no la novia de Popeye-.
Podéis escuchar ‘Lights Up’ y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:
La buena noticia es que el mogollón de mujeres, hombres y La Española le ha hecho firmar a Harry un vídeo bastante resultón, donde él combina lo sexy con lo SECSI, y lo mismo se manosea con este o aquella que te saca la lengua y vuelves a recordar porque lo llevabas antes en la carpeta y ahora tienes la foto en la mesilla de noche. Harry Styles otra cosa no tendrá, pero carisma tiene al nivel de la cantidad de tatuajes.
Y luego el single, ‘Lights Up’. Pues bastante estupendo, ¿no? Dos años después del lanzamiento de ‘Sign Of The Times’ y todo aquel primer proyecto, cabía esperar que el artista se presentara con otra propuesta decidida y contundente y esta lo es. No da bandazos, no cambia de estilo, sigue con el rumbo fijo hacia el pop-rock de corte setentero, y la inclusión del góspel en el estribillo es una maravilla.
Con las cosas así de claras, sólo queda por ver si el público responde con el mismo entusiasmo que parece tener él. Y sí, algo sigue habiendo el Harry que parece ir a dejar marca.