‘Madame X’ | Madonna despeja al fin la ‘X’ que arrastraba desde 2008

‘Madame X’ | Madonna despeja al fin la ‘X’ que arrastraba desde 2008

Madonna lleva pululando en el mundo de la música más de 35 años. Salvando el papel de Cher -que no nos cuadra tanto en el rollo popstar sino más bien en el de icono en general-, ninguna otra estrella del pop ha resistido tanto en activo. Si echamos un ojo al panorama actual, toda la generación de Madonna es más bien rockera o se ha asentado en un terreno melódico. Así que no le faltaba razón cuando dijo aquello de “lo más controvertido que he hecho en mi carrera es seguir aquí”.

35 años después, pocas pegas se le pueden poner a una artista que sigue de cerca la actualidad -al menos a su particular manera-, lanzando música de estudio y saliendo de gira. Pero la última década no ha sido fácil para la Reina del Pop: desde que la promo de ‘Confessions On A Dancefloor’ llegara a su fin, se la ha acusado de poco inspirada, de ir a la cola de las tendencias y de quedarse en un espacio francamente poco relevante.

Una Madonna a la baja, no exclusivamente a nivel de ventas -este será realmente su primer flop indiscutible- sino lo que es peor: a nivel de factor sorpresa. Cada lanzamiento de la artista solía ser un evento, pero sus últimos tres álbumes de estudio y algún recopilatorio la han ido dejando sin posibilidades. Predecible, continuista e incluso algo básica, la ecuación que convertía a Madonna en titular quedaba por resolver sin que la artista le pusiera demasiado empeño.

Hasta 2019, porque ‘Madame X’ ha supuesto una vuelta a la Madonna que conseguía dejar al oyente pegado a sus trabajos. Un disco sorprendente en arreglos, composiciones y letras, que si bien no será un éxito en ventas, sí lo está siendo en crítica. Veamos cuáles son los puntos que lo definen.

 

Es su primer trabajo cohesionado desde… ¿’Hard Candy’?

‘Madame X’ ha conseguido lo que Madonna intentó sin demasiado éxito en ‘MDNA’ y ‘Rebel Heart’, que sus canciones, a pesar de las influencias de diversos estilos, se unan en un trabajo que tiene un hilo conductor reconocible. De ese modo, los golpes de oscura electrónica terminan dando la mano a piezas tan dispares como la reggae ‘Future’ o la disco ‘God Control’. El latineo de ‘Faz Gostoso’ y la única clara balada del álbum, ‘Looking For Mercy’.

Uno no pierde el hilo de ‘Madame X’, no parece que esté escuchando distintas tomas de distintas épocas. Hay algo en el disco que lo unifica y hace que, por fin, después de 10 años, Madonna firme un álbum con la intención de álbum. Un todo. La última vez lo hizo con ‘Hard Candy’, que ha ganado con el paso del tiempo porque la descontextualización de su sonido ha sido una ventaja: nadie recuerda ya si estaba saturado de Timbaland en aquella época cuando lo escucha 11 años después.

 

Las canciones reman a favor de Madonna y no al revés

Vista la situación de la última década, no es de extrañar que cuando el tracklist de ‘Madame X’ fue filtrado, muchos nos lleváramos las manos a la cabeza: un tema llamado ‘Batuka’, otro ‘Bitch I’m Loca’, dos colaboraciones junto a Maluma, considerando lo fallido del latino nocturno de ‘Medellín’… era sensato tener el temor a que los ritmos caribeños se llevaran por delante a Madonna como el hip-hop lo hizo en su día, o que lo tiñera todo con ello en exceso como hizo en su día con el EDM.

Pero Madonna ha sabido rodearse de quien conoce bien su carrera (la mayor parte del álbum se lo produce Mirwais), y de quien sabe cómo exprimirla junto a ella (Jeff Bhasker se luce en ‘Come Alive’ y ‘Back That Up To The Beat’, por ejemplo). La sensación en ‘Madame X’ no es la de Madonna corriendo desesperada hacia las tendencias, sino utilizándolas, por fin, en su beneficio.

Quizá pedirle a alguien con 35 años de carrera en la mochila que siga siendo el futuro es excesivo, pero es fantástico comprobar que Madonna puede tomar el control de su presente, sin ir a rebufo de cuarenta lanzamientos similares anteriores al suyo. ¿Está de moda lo latino? Sí, pero Madonna no ha caído en un reggaetón básico, sino que ha trenzado su influencia con su sonido más clásico. ‘Madame X’ es inteligente.

 

Es un trabajo al que le conviene la síntesis

La edición estándar del álbum contiene 13 temas. La deluxe 15. La edición especial llega con 18 canciones. Y para cuando terminan, uno se da cuenta de que por muy acertado que haya sido el resultado, a ‘Madame X’ le beneficia el mensaje conciso. Debía haber sido un álbum que no pasara de los 13 cortes de la edición estándar, no necesariamente los que incluye.

Por ejemplo, podríamos habernos ahorrado el segundo feature con Maluma: los aires algo Shakira de ‘Bitch I’m Loca‘ son de lo menos interesantes del disco, en favor de ‘Back That Up To The Beat’, que nos muestra que Pharrell también sabe postrarse ante la reina, sin necesidad de llevarse los méritos. ‘I Don’t Search I Find’, tan ‘Vogue’ y autoreferenciadora, podría haber dejado ‘Batuka’ en un mero interludio -al fin y al cabo, es a lo que suena a pesar de su minutaje-, y ‘Extreme Occident’ -un tanto la primera Björk en su melodía vocal- haber sustituido los ritmos reggae de ‘Future’, algo vagos y fuera de lugar.

 

Pero de nuevo, es de agradecer que Madonna haya sabido sorprender y con ‘Madame X’ haya vuelto a hacer que arqueemos las cejas, no sólo con gesto de desaprobación. Es obvio que no se maneja demasiado bien con el latino, es obvio que cuando intenta hacer un homenaje a Portugal con referencias brasileñas no anda muy atinada, pero también es obvio que su decimocuarto álbum de estudio es una caja de estupendas sorpresas de principio a fin.

La interpolación de ‘El Cascanueces’ de Tchaikovsky en ‘Dark Ballet’, en la que ella, utilizando a Juana De Arco como referencia -no es la primera vez (‘Joan Of Arc’, 2015)- llama a la revolución de las masas adormecidas; el debate disco-pop sobre el control de armas en la exquisita ‘God Control’; el frenetismo bailable del cover de ‘Faz Gostoso’ (es original de Blaya del pasado año); lo amable de la empoderadora ‘Come Alive’, el R&B-pop de ‘Crave’ o el doo-wop tropical de ‘Crazy’… todo ello hace de ‘Madame X’ un disco fácilmente disfrutable, llamativo y reconciliador con la artista.

, Madonna llevaba años baja de forma a nivel discográfico, aunque lo compensara después con espectáculos que quedan para la historia. Arrastraba demasiado tiempo el no saber qué hacer con su sonido, y ha tenido que llegar el final de la década para que haya acertado: la ‘X’ la ha despejado recordando a la Madonna del pasado con referentes del presente.

A los 60 años, la mejor estrategia es la que ha seguido ahora: entregar un disco cargado de mensajes políticos y personales, que recuerde su historia y discografía pero con la mira puesta en lo que le rodea e inspira. Un ejercicio complicado, pero que ‘Madame X’ ha resuelto con solvencia.

Ahora echemos un ojo a sus compañeros rockeros: ¿alguno de ellos corre el mínimo riesgo desde hace una década? En el fondo, cualquier crítica a Madonna, incluso negativa, es indicativa de una carrera en continuo desarrollo. En un mundo en el que su generación vive cómoda tirando de clásicos, ‘Madame X’ demuestra que la profesora de danza de Madonna no se equivocó con ella hace ahora 41 años: sigue resultando irreconocible, sigue siendo un misterio.

Y este de 2019 ha dado gusto resolverlo.

 

Temas clave: ‘God Control’, ‘Dark Ballet’, ‘I Don’t Search I Find’.

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