Estaba anunciado que el día 10, María Villar, la concursante más discutida de ‘OT 2018’ -Mecano, ‘Amorfoda’, Eurovisión…-, se transformaría en María Escarmiento y lanzaría su primer single, ‘Amargo Amor’. Bueno, ya se había cambiado el nombre en realidad, porque lanzó una colaboración con Ms. Nina, pero seriously, who cares.
Pongamos el foco en su propio tema, que es… bueno, es una base contundente y absolutamente nada más. La letra hubiera tenido su gracia si el contexto fuera que Suma Latina la lanza como single en la segunda parte de ‘La Llamada’, pero como va en serio, pues… bebe, esto es mala suerte.
Así que sí, lo de María Escarmiento es una cagada de las que debería llevarse el viento. ‘Amargo Amor’ coge cada pizca de elemento actual de postureo random y la lleva a la canción y al vídeo: la letra sexual-casual, la desgana millennial, el coche reciclado vintage, el efecto noventero, el rollo Dua Lipa de estar de pie mientras suena un uptempo… raro sería que el público terminara dejándolo pasar e inflándolo a streams durante unas semanas.
Pero como decimos, el postureo on point, pero el artisteo bajo mínimos. Entendemos los referentes y el contexto, pero lo que hace falta para vender un producto así es un bop. Por ahora, lo que hay es una María Escarmiento que quiere jugar a que sus fans escuchan a Yung Beef, cuando lo que hacen es pedirle a Don Patricio otro estribillo que tararear. Ese que ella cree haberles dado, pero que es un meh en toda regla.
Por ahora, no compramos. ¿Hay algo más en la cesta o ya lo hemos visto todo?