¿Puede el verano suponer una reconquista para Nicki Minaj? El paso de las semanas lo dirá, pero lo que está claro es que la rapera no lo tiene del todo fácil: los últimos meses han sido un despropósito en cuanto a singles fallidos, una gira desastrosa con múltiples cancelaciones y un montón de titulares de prensa por continuadas meteduras de pata. ¿Su única buena noticia? Que el entusiasmo por Cardi B se ha rebajado un poco y ya no la tiene lanzándole tacones desde la cresta de la ola. Podrá, al menos, tratar de comerse un trozo de la tarta que la de ‘Bodak Yellow’ haya dejado sobre la mesa.
Su nuevo single, ‘Megatron’, podría ayudarla en las semanas venideras, porque cumple con bastantes requisitos americanos cuando se trata de un hit estival: habla de alcohol al mismo nivel que habla de comerse un toto, tiene un ritmillo dancehall que invita al perreo sin terminar de parecer un corte insufrible de Sean Paul, y cuenta con un vídeo en el que Nicki ejerce de Nicki con todas las armas.
Que son las armas de siempre, también sea dicho. Pero todas ellas. Es básicamente la Asociación del Rifle de los vídeos de Nicki Minaj: aparece un buen número de pelucas, la rapera posa en todo bikini imposible y de tallaje discutible que haya encontrado, hay maromos, bailarinas, una jungla, un coche de auténtico lujo en mitad de la misma, y sólo falta Bagheera al volante. También cuenta con chupitos, un decorado que simula ser un club aunque está claro que son dos cartones y un neón, y un montón de fuego en CGI que haría las delicias de una gira holográfica de Eleni Foureira cuando esta fallezca. Si es que siguiera viva, que ni idea.