Hemos sido fans de Madonna desde que teníamos edad para ser fans de Madonna, por lo tanto, tenemos el derecho a decir que su última década, salvo contadas excepciones, ha estado repleta de temas que no estaban especialmente a la altura, sin llegar a ser lo aberrante que nos ha parecido su colaboración con Maluma, un ‘Medellín’ que hace aguas por mucho que ella pretende colarnos que contiene algún hook disfrutable. No, cariño, tararear ‘one, two, cha-cha-chá’ no va a hacer de nada un éxito.
En fin, pasado el trago de tener que sufrirla presentando el single como orgullosa de él, mantenemos la esperanza de que el resto del álbum estén por encima del single al menos en el espectro cualitativo. De momento, Madonna consigue levantar los ánimos con ‘I Rise’, una canción que ha ideado como himno de la lucha LGTB y que arranca con un trozo del speech de la activista bisexual Emma González.
¿Es lo suficiente para que volvamos a confiar del todo? Pues tampoco especialmente, porque esta es la Madonna que nos recuerda a lo más vago de ‘Hard Candy’ y los temas correctos de ‘Rebel Heart’. Una canción que no molesta, que no averguenza, que se deja escuchar, pero que marca, lo que es marca, pues tampoco es que deje.
Produce, junto a ella, Jason Evigan, que ha trabajado para Jason Derulo o Demi Lovato (el currículum, Juan), y que también metió mano a la Madonna de ‘Ghosttown’, que sí, es un poco del estilo de este corte, sólo que en ‘I Rise’, la segunda mitad es algo más juguetona y atractiva que la de la balada cuca de ‘Rebel Heart’.
En cualquier caso, Madonna lanzará un tema cada viernes hasta que ‘Madame X’ vea la luz, y los focos a la persona del próximo viernes, porque se rumorea que ‘Crave’, la canción que liberará entonces, será el segundo single oficial del álbum.