En las últimas horas, Thalía Garrido se ha convertido en una de las caras más buscadas por Stan Twitter. ¿Por el lanzamiento de un nuevo single? No. ¿Ha anunciado la cantante su participación en algún otro talent, su aparición en un especial, el proceso de grabación de su álbum? Tampoco. La noticia es, precisamente, que no hay noticia alguna.
Thalía Garrido ha desaparecido del mapa, nadie sabe exactamente qué ocurre con la triunfita apenas un año y medio después de su entrada en la Academia de TVE. Se ha convertido en un auténtico fantasma. ¿Qué está pasando exactamente con Thalía Garrido?
Un arranque repleto de tropiezos públicos
Thalía está desaparecida, después del lanzamiento de un único single, ‘Quien Quiero Ser‘, que ha sido, con diferencia, el tema que peor ha funcionado de toda la generación ‘OT 2017’ en distintas plataformas. La artista no alcanza aún las 90.000 escuchas en Spotify, mientras que el segundo primer single con menor éxito de su generación, el ‘No Te Echo De Menos’ de Juan Antonio, supera las 820.000 escuchas. El vídeo de la canción de Garrido está en 450m visualizaciones, mientras que Juan Antonio cerca el millón con 925m visualizaciones, casi el doble.
¿Por qué ha funcionado tan mal ‘Quien Quiero Ser’? De primeras, porque la canción no está bien construida, producida o cantada, a todas luces. Tampoco disparaba a un target concreto (Juan Antonio tenía el likeability veraniego, al menos). Pero Thalía sumó varios handicaps más cuando trataba de promocionar la canción: la artista sufría un hackeo en sus cuentas de un usuario turco que politizaba su timeline y provocaba el histerismo de Twitter e Instagram y MTV Holanda filtraba el vídeo de la canción días antes de su publicación en España, haciendo perder al tema cualquier posibilidad de hype, y de paso, posicionándola más cerca de la parodia viral que del perfil de artista.
La desaparición de redes sociales
De pronto, llegado diciembre, apenas un mes después del lanzamiento de ‘Quien Quiero Ser’, apagón de Thalía en redes sociales. La artista no volvía a postear un solo mensaje en Twitter, Facebook o Instagram desde la época navideña. Ni para felicitar a sus compañeros por las giras o lanzamientos, ni para comunicar su estado de ánimo, ni para responder mensaje alguno: Thalía Garrido desaparece como persona de todo internet.
Si ya la desaparición de un artista de la noche al día es sorprendente, imaginad no ya a un cantante, sino a una muchacha de 20 años sin publicar nada en redes sociales. Absolutamente nada. Algo está ocurriendo en la cabeza de Thalía Garrido que se nos escapa. “Estoy intentando hacer mi vida igual que antes de ‘OT’, no quiero saber nada de ‘OT”, cuenta la usuaria de Instagram @wooilvelvet que la artista, supuestamente, le dijo en Madrid el pasado 10 de abril, al encontrársela por la calle.
Cuando comunicábamos que tanto ella como Marina y Juan Antonio (aunque este último tratara, hilarantemente, de desmentirlo) había sido despedidos de Universal, los dos últimos seguían adelante con sus proyectos y mensajes normales, más allá del respaldo del sello. Pero Thalía desaparecía del mapa.
Su perfil artístico, de primeras, es demasiado cómodo
Cualquiera que siguiera su trayectoria en ‘OT’ se daría cuenta de que Thalía Garrido quería ser cantante. Más allá de ser artista, Thalía asiaba ser cantante, estrella del pop, tener seguidores y pisar un escenario grande. Un perfil similar al del personaje de Rachel Berry en ‘Glee’, a medio camino entre el talento natural, la mentalización de años y el planteamiento de que el mundo le debe ese favor.
Por eso no se entiende que, al primer tropiezo, Thalía tirara la toalla. No hubo un amago de single, una pelea por un proyecto independiente, un anuncio de pequeño show en acústico, una colaboración con algún otro artista. Cuando ‘Quien Quiero Ser’ pinchó, Thalía tiró la toalla. El mundo respondía al favor que ella pedía. Una posición demasiado cómoda: Marina Jade sigue componiendo aunque ‘Drinking Like I’m Sober’ no funcionara, Ricky Merino trabaja en televisión y ha anunciado un par de shows propios aunque su primer single no tuviera el éxito de otros compañeros, Raoul invierte ahorros propios en el lanzamiento de un single que Universal ya mira con cierta desconfianza, Nerea trabaja en un musical a cambio de un salario medio y aprovecha para publicar sus canciones entre medias.
La posición de Thalía, a nivel puramente artístico, es demasiado cómoda. No hay lucha, y al público le interesan luchadores.
¿Un contrato en Media Markt?
La bomba definitiva que agitó las aguas de Stan Twitter recientemente fue la publicación de que Garrido podía haber sido contratada en un Media Markt. Algunos lo localizaban en Badajoz, otros en Madrid, y otros directamente aludía a que esto era mentira.
Posiblemente lo sea, porque las redes son un terreno demasiado hostil como para que una foto de Thalía con el polo rojo no esté ya pululando por ellas, pero incluso si fuera verdad, es la salida lógica a un problema que no quiere combatir. Es decir, si ya ha cedido en su intentona de ser artista, lo lógico es que busque un empleo.
Y lo también lógico es que, a los 20 años, y con su nivel de estudios, un trabajo en Media Markt sea algo completamente normal. La mayor parte de concursantes de ‘Operación Triunfo’ no se dedica a la música, sino a empleos más comunes, ¿por qué no iba Thalía a trabajar como cajera en un centro comercial? ¿Como asistente? ¿En el almacén? Es un trabajo tan digno como cualquier otro y merece el mismo respeto que cualquier otro.
El único factor sorpresa de este cambio laboral, si fuera verdad, es que, como decimos, Thalía no haya probado con nada más: parecía que o su single funcionaba, o ella ya no daría un duro más por la música. Esa es la pena, ver como, al final, Garrido cumplía la máxima más triste de algunos perfiles de ‘OT’, el de creerse con el cielo ganado por el mero hecho de pasar por el concurso.
Y no será por speeches de Noemí Galera tratando de abrirles los ojos en el trayecto.