Bienvenidos a ‘Cómo Hemos Cambiado’, la sección de la web que, reivindicando a Presuntos Implicados en su nombre, va a analizar algunos de los covers más populares del mundo del pop, muchos de los cuales seguro que no sabíais que eran versiones. O seguro que sí, porque chico, hoy la Wikipedia lo desvela todo y no deja a uno ni sorprenderse de que Natalie Imbruglia lleve toda la vida viviendo de un cover. En cualquier caso, esperemos que disfrutéis de esta sección, y vamos allá con la canción que hoy nos ocupa, ‘No Me Extraña Nada’.
El lanzamiento de 2003, ‘No Me Extraña Nada’
Han pasado 16 años desde aquella jovencísima Malú que apenas pasaba de la veintena, y había tenido un enorme éxito dos años atrás con su vertiente más pop, la de ‘Toda’ o ‘Ven A Pervertirme’. Aquellos singles parecían haber transformado a la cantante de intérprete melódica a estrella del pop, y puestos a continuar con la tendencia, a su sello y a ella misma se les terminó yendo un poco la pinza con el lanzamiento de su cuarto álbum, ‘Otra Piel’.
Aquel disco, producido por Kiko Campos, tenía la visión de terminar de convertir a Malú en la performer que, francamente, jamás fue. Malú siempre hará bien el trabajo que hace bien, pero nunca terminará de quedar clavada como artista puramente pop. Y aquel disco, para colmo de males, se presentaba con un primer single, ‘No Me Extraña Nada’, que pedía a gritos ese perfil.
Arreglos de medio oriente, producción dance hiper bailable -que nos recuerda mucho a aquella época, aunque en realidad ya llegaba algo tarde- y un concepto que hoy día entenderíamos como puramente eurovisivo: en ‘No Me Extraña Nada’, una aceitosa Malú se contoneaba por el escenario acompañada de bailarines y un outfit espantoso robado del armario ropero de Sertab Erener. Y claro, a ella quizás no, pero a España le extrañaba todo bastante tirando a mucho.
La canción no tuvo siquiera vídeo oficial, a pesar de que, insistimos, fue el primer single de ‘Otra Piel’, y su promoción se limitó a alguna aparición en televisión como la que vemos a continuación.
La versión original, de 1987
Ojito, porque la versión publicada 16 años antes, también estaba producida por Kiko Campos. Es decir, que Malú le había confiado el trabajo al mismo señor que hizo del tema de Sasha un éxito en los ochenta. Aunque bien es cierto que por aquel entonces dio más en la diana, quizás porque la estructura del tema se entienda mejor con esa producción tan de la época.
Sasha presentaba ‘No Me Extraña Nada’ más alejada del espíritu Bollywood posterior y más cercana al rollo Pimpinela goes clubbing. El melodrama tenía bastante más peso que en la de Malú, y aunque evidentemente la canción también llamaba al baile, lo hacía de otra forma, como más pasional, más telenovelesco, más performance que baile. Microteatro kleenex en mano.
Sasha procedía de Timbiriche, el grupo que también había tenido en sus filas a Thalía o Paulina Rubio, y digamos que para ella, ‘No Me Extraña Nada’ también fue un volantazo, presentando una nueva imagen y estilo. En el vídeo oficial de la canción, eso sí, guardó algún parecido con su versión posterior: ella también presentaba el tema con algunos motivos arábicos, aunque entremezclados con algún elemento asiático que lleva a la confusión.
Y por cierto, ¿somos los únicos que vemos en él una posible inspiración para el ‘Me Against The Music’ de Britney Spears? Llamadnos locos.
¿Quién salió ganando?
La batalla la tiene fácilmente ganada Sasha, y por goleada además: ‘No Me Extraña Nada’ se convirtió en un enorme éxito para ella en México, llevando su disco de la época, ‘Sasha’, a ser uno de los discos más vendidos en el país no sólo el año de su publicación, sino también al siguiente 1988, superando las 200.000 copias vendidas, y siendo considerado por parte de la prensa como uno de los mejores álbumes pop mexicanos de la historia.
Malú vivió la otra cara de la moneda con el lanzamiento: como hemos dicho, el sello ni siquiera se molestó en darle un vídeo oficial, y ninguno de los singles restantes del trabajo lo logró tampoco: ‘Otra Piel’ detuvo su promo tras dos singles y uno para radios, con unos datos que permanecen como los más discretos de la cantante a nivel comercial. Aquel 2003, Malú no pasaba del #11 en la lista de álbumes -sorprendentemente su dos primeros álbumes tiene peores datos, #12 y #13, aunque el tercero fue #4- y pegaba un enorme bajón en ventas, con apenas un Disco De Oro y 4 meses en lista.
Hablamos, recordemos esto, de una artista que venía de vender 9 Platinos en apenas 3 años.
¿Con qué ‘Dreams’ os quedáis vosotros?