Eurovisión no es un concurso sobre política, hasta que, de pronto, lo es: Ucrania ha decidido abandonar el Festival después de ser incapaz de encontrar a un artista que firme las claúsulas del contrato que le imponen. Por tanto, Maruv, la ganadora de la preselección ucraniana, no representará al país en Eurovisión, ni lo hará ningún otro artista.
¿Cómo hemos llegado a este punto? Leamos un breve resumen que nos sitúa:
- Ucrania es un país.
- Rusia también lo es, un poco más a la derecha en el mapa. Y en lo que no es el mapa.
- Un territorio de Ucrania, Crimea, ha provocado una guerra entre ambos: ¿es ruso o ucraniano?
- Ucrania arranca con la preselección del Festival. La gana Maruv son ‘Siren Song’.
- Jamala, ganadora del Festival en 2016 con el ya bastante político ‘1944’, le pregunta en directo si Crimea es o no Ucrania.
- La cantante se monta un “¿qué sabes de mí país, Rusia?” en directo, y se monta la gorda en Twitter.
- La televisión ucraniana confirma que Maruv no representará al país.
Pero no por que la respuesta a Jamala no gustase, porque la artista había respondido que “por supuesto que era Ucrania”, sino porque la cadena quería hacerle firma un contrato abusivo que la dejaba sin los derechos del tema, sin poder hablar con prensa que no fuera admitida previamente con la cadena, sin apoyo económico y obligándola a cancelar su gira por Rusia. Estas condiciones, que no se habían firmado en años anteriores, hicieron que Maruv se negara a continuar con el plan. Ella, y el resto de finalistas del concurso, que dejaron a la cadena ucraniana sin alternativas.
De modo que el país no ha tenido otra que confirmar que no participará en Eurovisión en 2019, porque lo de dejarse de cláusulas absurdas era pedir demasiado. Es comprensible que la tensión entre países exista estando en plena guerra, pero las continuas zancadillas de los últimos años de Ucrania a Eurovisión -recordemos que no permitió que la representante rusa actuara en 2017 cuando ellos organizaron el Festival-, debían haber causado su expulsión hasta que las aguas volvieran a su cauce.
O Eurovisión es un concurso de fraternidad y canciones, o es una competición política en la que cada uno pone su granito de arena en enfrentamientos. Pero no podemos cambiar el discurso según nos venga en gana.