Vamos a hacer un breve resumen de qué nos lleva hasta la situación actual:
- Ozuna se hizo una paja para una película de porno gay antes de ser famoso. Lo chantajearon con hacerlo público.
- Su chantajista está muerto y ahora se investiga si lo mando matar.
- Don Omar se hizo eco del vídeo gay, confirmado por Ozuna, y publicó en Instagram un mensaje homófobo.
- Aquí entra Bad Bunny, que respondió al mensaje con el siguiente tuit:
Menos mal que el nuevo reguetón tiene mejores representantes que Gone Omar. <3 https://t.co/3xrBnHPrQw
— ⚡ Odi O’Malley ⚡ (@odiomalley) 26 de enero de 2019
Total, que poco después de la respuesta dirigida a Don Omar, Bad Bunny estrenó un nuevo vídeo desde su primer álbum, ‘X 100PRE’, ‘Caro’. Y el clip resultó ser una declaración de intenciones que iba bastante más allá que su mensaje en Twitter. Y es que, siempre hemos criticado a la música latina ir 30 pasos por detrás de los movimientos sociales, el machismo, y demás, por lo que resulta verdaderamente refrescante ver que sus nuevas caras tienen algo más que decir que las anteriores.
En ‘Caro’, Bad Bunny aparece haciéndose las uñas al principio, para aparecer de pronto transformado en mujer, una protagonista que busca visibilizar el concepto gender-fluid y que carga con el peso de prácticamente todo el vídeo hasta que se funde en un beso con el cantante, como simbolizando ambos perfiles como parte de uno mismo. Mientras ellas se pasea por distintos paisajes urbanos, un desfile de moda de lo más inclusivo tiene lugar: aparecen modelos drag, trans, síndrome de Down… y hacia el final del clip, el cantante aparece abrazado y besado por hombres y mujeres que aparecen por sus lados. Un gesto que parece una bobada, pero empecemos a recordar cantantes latinos que aparezcan en situaciones similares públicamente.
‘Caro’ contiene la voz de Ricky Martin en los coros, y aunque el cantante no aparezca acreditado de forma pública, sí lo hace como co-autor de la canción cuando se consultan sus créditos. Ojalá pasos como este se conviertan en una constante de la nueva generación latina, cada vez más lejos de la repugnante falta de cultura de Don Omar y similares.