Un año más, nos encontramos hablando del fail del Grammy a Nuevo Artista. Pero es que es inevitable, es el Isabel Pantoja de los Grammy, ese gafe que prefieres que no te toque, casi llegando a debutar fuera de plazo para no llegar a ser ni considerado por la Academia. Vade retro, Taylor Swift. El galardón es, de nuevo, noticia, porque en las últimas semanas se ha puesto a la venta el segundo disco de la última ganadora del mismo, Alessia Cara.
‘The Pains Of Growing’, el disco en cuestión, se ha estrenado en el #71 de Estados Unidos, en el #21 canadiense, y no ha pisado terreno británico, donde su debut llegó al #14 de la lista de álbumes. El disco apenas ha convencido a 6.000 compradores en norteamérica, donde ‘Know-It-All’ llegó con soltura al Platino tras alcanzar el #9. Unos desastrosos resultados que, además, se ven más perjudicados consultando la tabla de singles, donde el mayor logro del trabajo ha consistido en un discreto #65 en Billboard para el pirmer single, ‘Growing Pains’, frente a los dos top 10s que le dejó su primer trabajo.
En escuchas, tampoco la cosa ha ido a mejor: su último single, ‘Trust My Lonely’, ha obtenido en Spotify 30 veces menos escuchas que, por ejemplo, ‘Scars To Your Beautiful’, o 19 veces menos que ‘Here’, ambas singles de su álbum anterior. Llegados a este punto, y con la carrera de Cara pendiendo de un hilo, nos preguntamos, ¿no es hora ya de que los Grammy fulminen el premio a Mejor Nuevo Artista?
Os damos algunos motivos a continuación, y posibles soluciones:
Principalmente, porque está gafado
En los años más recientes de los Grammy, ha sido más cómico comentar el fail posterior de cualquier ganador, que los méritos pasados que lo hubieran llevado hasta el premio. El Grammy a Nuevo Artista tiene fama de estar gafado y no es para menos, de 2000 en adelante estos han sido algunos de los ganadores: Christina Aguilera, Evanescence, Meghan Trainor, Alessia Cara, Esperanza Spalding, Macklemore & Ryan Lewis o Fun.
Todos ellos, ojo, se han impuesto a likes como Britney Spears, Justin Bieber, Drake, Florence + The Machine, Frank Ocean, Kendrick Lamar, Ed Sheeran, Kacey Musgraves, Khalid o SZA. Fantástico.
El ejemplo de Alessia Cara es bastante obvio, pero veamos el resto de casos de la tabla: Evanescence se separaba apenas un lustro después de ganar el Premio, Meghan Trainor fracasaba con su segundo álbum y retrasada sin fin el tercero, Fun jamás superaron su condición de one-hit-wonders, Macklemore & Ryan Lewis fueron machacados por público y crítica con su segundo álbum, e incluso Sam Smith, ganador de 2015, ha sufrido para superar los 2,5 millones de ‘The Thrill Of It All’ tras marcarse un superventas fluído con su debut.
Porque tiende a llegar tarde y no es coherente con las demás categorías
El Grammy a Nuevo Artista, en los tiempos que corren, donde los lanzamientos se suceden y cada temporada musical parece durar tres años completos, corre el riesgo continuo de parecer llegar tarde. Por ejemplo: la nominación a Bebe Rexha se da en 2018, cuando la artista conseguía sus primeros hits en 2015; Dua Lipa compite este año por el premio, pero hace ya tres años que la conocimos con ‘Be The One’, igual que ocurre con Jorja Smith, y Chloe x Halle podrían llevarse el premio ese año cuando su primer EP se editó en 2016. Incluso H.E.R. compite en las mismas condiciones.
El pasado año, por ejemplo, SZA pudo llevarse el premio, pero los americanos ya la había llevado al #39 de Billboard en 2014 con uno de sus EPs. Alessia Cara ganó en 2018 con un álbum de 2015, y cuando Chance The Rapper consiguió el Grammy en 2017, llevaba 5 años en activo en la industria.
Además, el galardón es bastante incoherente dentro de la tabla de nominaciones, porque no existe el Grammy a Mejor Artista, o Mejor Banda. Los Grammy se entregan por grabaciones, álbumes y canciones, ergo el de Nuevo Artista termina siempre resultando un poco de pegote.
¿Cómo podría ser eliminado sin dejar sin premio a los debutantes?
La manera más drástica de solucionar el problema sería la eliminación directa del premio, incluyendo a los artistas en las categorías normales, donde, de hecho, ya compiten por sus canciones y discos. Pero esto genera otro dilema: es bastante probable que un artista de 20 años no tenga las vivencias, conocimientos y herramientas de alguien que lleva 20 años en la industria. Es decir, a un disco de debut se le pueden permitir ciertas licencias, por juventud, porque el artista esté aún investigando en su dirección, etc. Por lo que poner a competir el disco de Alessia Cara, por ejemplo, contra un trabajo de Beck, digamos, que es un cantante con años de carrera y que puede ser muchísimo más preciso en sus ejecuciones, también es algo injusto.
Este ejemplo, claro está, no siempre es aplicable, porque hay álbumes de debut mucho mejores que undécimos discos, pero en general, destila cierta lógica. Por lo que estaríamos a favor, por ejemplo, de que los Grammy estrenaran categorías para canción debut y álbum debut, por ejemplo, que no admitirían demasiada discusión: o es el primer tema y el primer álbum, o pasaría a competir en las demás categorías. De este modo, los premios a Nuevos Artistas pasarían a estar más cohesionadas en la tabla de nominaciones, y además, liberarían de presión a los intérpretes: nadie duda de que un one-hit-wonder pueda ser maravilloso, pero estaríamos premiando la canción y no al artista, como hasta ahora.