Lady Gaga llegando a Vegas se antojaba como uno de los eventos de final de año, con lo que que el estreno de ‘Enigma’ haya llegado acompañado de un trending topic global para Lady Gaga no ha pillado a muchos por sorpresa. La residencia de la de ‘Poker Face’ ha empezado, y se alargará hasta noviembre de 2019, para cuando la cantante ya habrá ofrecido 39 shows. Además de ellos, prepara un show más jazzy que aún tiene pendiente su estreno.
Y claro, han llegado los primeros vídeos -centenares de ellos, de hecho-, y las primeras críticas al show, que han sido de lo más irregulares. Algunos han optado por aplaudir a la cantante por ofrecer un potente directo, y otros han tachado al show de escaso y decepcionante. Vamos a ver qué tiene ‘Enigma’ para haber dividido tanto al público.
La parte que funciona: la propia Lady Gaga
Puede gustar más o menos, o resultar más o menos atractiva al público generalista, según la época, pero lo que es indiscutible es que Gaga es un animal de escenario. Se crece en los directos, se vuelve loca, se entrega, y eso se evidencia también en su show de Las Vegas. La cantante sobrevuela el escenario, da volteretas, baila, se tira por los suelos, salta, grita, canta, y hace de todo por entretener a las miles de personas entre el público.
Con la falta de nuevo material -se rumorea que lanzará algo inédito mientras permanece el show en la ciudad-, es evidente que el show se sostiene con los hits: y a estas alturas, puede decirse que Gaga se ha trabajado un buen puñado de ellos. No faltan, por descontado, ‘Poker Face’, ‘Bad Romance’, ‘Born This Way’, ‘Applause’ o ‘Million Reasons’, infalibles junto a otros cuantos temazos en el escenario. Ella, de nuevo, es la que les da vida, porque se nota su autoría en la pasión con la que los interpreta, algunos de ellos una década después de su lanzamiento.
Eso sí, como dato curioso: en ‘Enigma’ suenan 10 temas de ‘The Fame’, 5 de ‘Born This Way’, 3 de ‘Artpop’ y apenas 1 de ‘Joanne’. ¿Quizá es el momento de un revival de Gaga que renueve un poco el repertorio?
La parte que no funciona: la escenografía
Hay algo que no termina de entrarnos en la cabeza: siendo Gaga, como es, una artista de creatividad desbordante, con un equipo que ha demostrado su eficacia durante años y años, con una capacidad de reinvención y estética tremenda, ¿cómo es posible que no termine de acertar al poner sus ideas de gira?
No es la primera vez que nos ocurre esto: su primer show tuvo un pase por ser debutante, pero la gira de ‘Born This Way’ tenía una escenografía medieval poco funcional y oscura, y la de ‘Artpop’ se pasó rizando el rizo del absurdo, por poner ejemplos. Gaga no termina de montar un show con la solvencia de otras artistas de su generación, que parecen manejar mejor los conceptos que las representen.
‘Enigma’ es más bien chapucero y lo peor, previsible a pesar de su título. El escenario, con plataformas metálicas geométricas simulando montañas resta peso a los visuales tras de sí, la banda resulta algo cortarrollos en su posicionamiento, la plataforma de ‘Paparazzi’ se tambalea espantosamente por los aires y la entrada de Gaga… digamos que Soraya también se colgó en una gala de Cadena 100. Se espera más y mejor. Sólo cuando el robot de ‘Scheibe’ aparece en escena parece la cosa ir a mejor, pero la iluminación no es la adecuada y todos los trucos quedan expuestos.