Está todo bastante complicado para Zara Larsson, las cosas como son, con lo que el lanzamiento de ‘Ruin My Life’, y posiblemente el single que lo suceda, serán decisivos para ver qué ocurre con su carrera. Su primera era se sustentó con varios singles de éxito, un disco de correcta acogida, pero la sensación generalizada de que su perfil de estrella del pop ya lo habíamos vivido antes: el tipo de artista que el público británico acoge para una temporada, pero de la que prescinde cuando llega alguien que hace lo misma en mayor y mejor cantidad.
Precisamente por eso lo tiene complicado Larsson: su perfil como popstar puede haberse diluido con la llegada de nuevas caras en el pop y le espera una carrera de fondo con ‘Ruin My Life’. Este primer single es un tema determinadamente pop, con un estribillo más acelerado y de poso dramático que es pegadizo, es recordable, pero no sabemos hasta qué punto es eficaz. Es más, si tenemos en cuenta las tendencias actuales, es posible que Zara se haya marcado algo tan sutil, tan amable, que vaya a pasar algo inadvertido en el mar de lanzamientos del Q4.
De hecho, más bien poco o nada está ocurriendo por ahora con ‘Ruin My Life’: la sueca es #3 en el ya casi irrelevante iTunes de su país natal, pero su otro bastión, el ya citado Reino Unido, no la acoge en su top40. En streaming la cosa es más desoladora, siendo su #160 en el Spotify sueco la única posición dentro del top200 que tenga a nivel global. Como decíamos antes, esto se plantea como carrera de fondo.
Habrá que esperar a la llegada de la canción a las radios -o la no llegada, que también dará un importante dato-, la promo de la artista en emisoras y televisiones, y a que la canción se asiente durante algunas semanas extra para ver si Zara Larsson consigue sobrevivir al one-álbum-wonder que persigue a artistas del estilo desde hace décadas.