Amaia Montero arrancaba la gira de ‘Nacidos Para Creer’ anteayer, y otra cosa no, pero en primer paso de la gira no ha podido resultar más accidentado: la cantante, con algún Frenadol de más, salía al escenario a recordar un puñado de hits, otro de bops y a presentar su nuevo trabajo, pero su actitud sobre el escenario terminaba por pasar factura y desvió la atención sobre la música que allí sonaba. Bueno, más o menos, porque de lo horrible de la voz también se hablo.
Y mira, otra cosa, pero vamos a reconocerle a EMEIE dos cosas: que es una de las popstars patrias más doctas a la hora de hablar de la pesca de atunes, y que ha respondido a quienes han ido a preguntarle por la debacle del concierto, los compañeros de ‘Cazamariposas’, con los que tuvo a bien hablar a su llegada a Barcelona:
“Era evidente, evidentísimo, que tuvimos problemas de sonido, que es bastante habitual que esto ocurra, porque por eso estamos en directo, pero de ahí a todo lo que se está comentando, me parece atroz, una barbaridad. A mí, que fue bochornoso, que me lo diga alguien que estuvo, eso para empezar.”
Así de primeras, la intérprete de clásicos como ‘Me Equivoqué’, no hace ningún tipo de autocrítica, y alega que falló el sonido y que el público disfruto. El mismo público que pita durante la actuación, que sube los vídeos del concierto por lo alucinante que fue todo, y que le dice durante el show que “va a salir en los zappings”. Ese mismo público es el que ahora necesita que le diga que fue bochornoso todo. “Es bastante habitual que ocurra”, dice después. Sí, y bastante más cuando sale una a actuar sin haber ensayado, algo que ella misma afirmó en su directo.
En cualquier caso, EMEIE sigue siendo una gran humorista, porque sus desvaríos al hablar, sus malas maneras con parte del público, o sus gritos -que no ya solo desafines-, también debían ser cuestión del problema de audio. Su garganta y cerebro funcionan con pinganillo. PINGUENILLE. Seguramente por esto decía lo de “qué pesados con los móviles, joder”, porque hacían interferencia en su software de habla y afectaban a la parte motora.
“No sé cuántos conciertos he hecho en mi vida , pero jamás se ha hablado de otros, no hay derecho. Esto que estoy oyendo de abucheos, de Amy Winehouse… yo te diré que abucheos no oí ninguno, es que a mí jamás me han abucheado.”
¿¡Que no se ha hablado de otros conciertos?! Que va, no se habló del atroz fin de gira de ‘Si Dios Quiere, Yo También’, cuando se había tomado cuatro Juanolas de más y su hermana hacía gestos, desde el público, para que cerrara el pico, ni tampoco se habló de aquel Festival MTV en el que increpaba al público diciendo “a ver si nos aprendemos las canciones un poquito”. A un público, ojo, que iba allí a ver a Kylie Minogue.
Pero nada, ella cree que es la primera vez que hablamos de un concierto, porque ella seguirá pensando que todo era un problema de audio. Dis is a disastah, man. Pero claro, con un equipo que, de primeras, ni quería dejarle responder al único reportero que había ido a preguntarle por todo esto…
“Ellos me quieren proteger porque saben que ha sido una barbaridad, pero es que yo no tengo ningún problema.”
En eso sí, en eso aplaudimos a EMEIE: no hubiera estado de más algo más de autocrítica en vez de, como en el propio show, culpar a todo el mundo menos a ella del bochorno, pero es cierto que ella ha acudido sin problema a responder preguntas, con bastante educación. Claro que, ay amiga, ¿realmente crees que no nos damos cuenta de la diferencia entre esa EMEIE y la que estaba en el escenario cántabro? Nos da a La Oreja que una de las dos pasaría mejor un control policial.