Bienvenidos a ‘Qué Tiempo Tan Feliz!’, la sección con la que echamos la vista atrás a canciones que, por un motivo u otro, han marcado la historia del pop y creemos que son merecedoras de volver al recuerdo general. Coged vuestros minidisc, cassettes, vinilos o CDs, porque viajamos atrás en el tiempo para revisionar alguna joya.
Rebobinemos pues hoy hasta 2007, cuando después de varios años ignorada por los medios, Janet Jackson firmaba a medias la pipa de la paz con ‘Feedback’ , el single que la devolvió, por última vez, a la zona alta de Billboard.
Que ‘Feedback’ no fuera un mayor hit del que fue sólo se entiende por un par de motivos: el primero, y más obvio, el desapego que la sociedad americana vivía respecto a Janet Jackson desde 2004, a quien no perdonaban haberse sacado una teta en la televisión en una sociedad con tiroteos en centros escolares y en mitad de una guerra. El segundo, el hecho de que la canción, como tal, podía haber pillado desprevenido a más de uno, puesto que la fusión que Janet perseguía en ‘Feedback’ no era la más habitual en las radios de aquel momento.
2007 puede que no estuviera del todo listo para la mezcla de dance, electrónica y hip hop que era el primer single de ‘Discipline’. Y era una canción curiosa, porque tiraba de golpes funk, arreglos de club y un fraseo casi rapeado sin perder en ningún momento el hilo. Janet instaba al público a repetir el “sexy” de las estrofas, lo mareaba después con un puente asilábico que demolía cada palabra y terminaba con un estribillo que era lo más melódico del tema, pero ni de lejos lo más pegadizo. ‘Feedback’ le daba la vuelta a los convencionalismos pop de la época.
Además de Janet, en la canción colaboraron un Darkchild que empezaba a estar más inspirado y LaShawn Daniels, dos personas que ya habían colaborado en el menospreciado pero aún así brillante ‘Invincible’ de Michael Jackson.
Era el arranque de la Janet que sugería, pero no enseñaba: de hecho, es más que curioso que en una canción de altísima carga sexual (“rasga mi guitarra cariño, haz estallar mi amplificador, cuando escuches mi respuesta, sigue subiendo”) la cantante se cubriera de pies a cabeza en su vídeo oficial. Piel, la de manos y cara, lo justamente necesario. Y de hecho, así seguiría siendo en adelante, porque rara vez hemos vuelto a ver a Janet Jackson con escotes de vértigo. En cierto modo, es su personal forma de revancha: un “seguiré diciendo y cantando lo que me salga de la pepita, pero si no queréis teta, no tendréis nada”. Reina.
Fue el tercer vídeo más caro de su año, y el concepto espacial se le ocurrió a Janet junto al director del clip. En él, Janet aparece luciendo nuevo look, coletazo, y golpeando asteroides hasta llegar, viajando a la velocidad de la luz, a un escenario blanquecino en el que reaparece totalmente vestida de rojo. Fuerza, y sobre todo, control de la situación. La Janet que estaba ya por encima de todo y todos.
Por cierto, especial buen uso del sonido el que hubo en ‘Feedback’, porque se añadieron los efectos de audio del tacto de los asteroides que, sin duda, le dan una textura totalmente distinta al visionado.
‘Feedback’ le dio a Janet Jackson su último top20 en Billboard cuando ya en 2008 alcanzó el #19 en el Hot100. Desde entonces, Janet sólo ha regresado al top100 en una ocasión, con el #63 de ‘No Sleeep’, junto a J. Cole. En cualquier caso, la artista consiguió en 2008 el mayor hit de sus últimos siete años, que se dice rápido: no había sido top20 desde el #3 ‘Someone To Call My Lover’ en 2001.
Mucho que celebrar, por tanto, para una Janet que también en aquel año hizo más promo de lo habitual, llegando a firmar la paz con la MTV que la ignoraba desde la Super Bowl, presentando el tema y el vídeo oficial en el ahora recuperado ‘TRL’ de la cadena. También, como veréis a continuación, se llevó una banda completa al show de Ellen.
Las críticas del single fueron excelentes, y Jackson respiró tranquila sabiendo medianamente superado su peor momento, aunque sus datos internacionales tampoco fueran para echar cohetes. El tema fue #50 en Australia, #40 en Alemania o #36 en Francia. De forma increíble, además, no superó el #114 en el Reino Unido, donde sus últimos 5 singles sí habían sido top20.
Le quedó, eso sí, el consuelo del #3 en Canadá y el #1 en Japón, donde de hecho, terminó el año como el 22º single más vendido.